Un comunicado del IFPRI advierte que al subvencionar los cultivos para la obtención de biocarburantes tanto Washington como la UE llevan a cabo políticas equivocadas que distorsionan los mercados mundiales de alimentos.

Los expertos llaman a las naciones desarrolladas a adoptar medidas urgentes para poner fin a la subvención, lo cual redundará -sostienen- en el descenso del precio de los comestibles.

Precisan que si se detiene la obtención de biocombustibles a partir de cereales, se reduciría 20 por ciento los precios del maíz y alrededor de 10 por ciento los de trigo.

Asímismo, aseguran que sólo el aumento de la producción agrícola podrá frenar a largo plazo la actual escalada de precios de los alimentos que afecta fundamentalmente a la población más pobre del planeta.

También proponen generalizar las medidas de protección social a los más desfavorecidos, así como invertir en investigación agrícola e infraestructura y facilitar el acceso al mercado de los pequeños productores.