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El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, concluyó hoy su
visita a Israel y partió hacia Arabia Saudita, en la penúltima etapa
de su gira por el Oriente Medio.
Durante su permanencia en este país, Bus reiteró su respaldo al
gobierno del primer ministro Ehud Olmert y su concordancia con la
política de Tel Aviv contra el entorno regional.
El mandatario participó en las actividades por el aniversario 60 de
la creación del estado de Israel, que los palestinos conmemoran como
La Nakba (desastre), porque desató en 1948 las emigraciones forzosas
de su pueblo hasta hoy.
Durante su estancia en el Levante, Bush no sostuvo encuentros con
las autoridades palestinas y en su discurso siempre reiteró lo que
identificó como peligros que amenazan al estado anfitrión desde los
vecinos árabes.
El viajero indicó como enemigos de Israel y de Estados Unidos al
movimiento palestino de la Resistencia Islámica (Hamas) y el libanés
Hizbalá (Partido de Dios), entre otros.
En sus últimas horas aquí, el mandatario visitó el museo de
historia bíblica de Jerusalén.
La víspera, Bush se dirigió por primera vez al Knesset
(parlamento), a cuyos diputados ratificó el apoyo de Washington a este
país, su principal aliado en la subregión.