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Dignatarios de 60 países latinoamericanos y europeos explorarán hoy
aquí fórmulas para atenuar la pobreza, el deterioro medioambiental y
la crisis mundial de alimentos, temas centrales de una reunión
convocada por ambos continentes.
Los jefes de Estado y de Gobierno se reúnen este viernes en el
Museo de la Nación de Lima, en el marco de la V Cumbre de América
Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALC-UE), iniciativa que nació en
1999 en Río de Janeiro, Brasil.
Las ediciones posteriores se celebraron en Madrid, España (2002),
Guadalajara, México (2004) y Viena, Austria (2006).
En el primer encuentro cimero, hace casi una década, se acordó
institucionalizar dicho mecanismo para promover y desarrollar una
asociación estratégica entre ambos bloques continentales, sustentada
en el pleno respeto del Derecho Internacional.
Los presidentes o sus representantes dedicarán la jornada a debatir
sobre los principales puntos de la agenda que los congrega, más que a
discutir la Declaración de Lima (documento conclusivo del cónclave),
anticipó la víspera el canciller peruano, José García Belaúnde.
Tras destacar el éxito de la cita de ministros de Exteriores que
antecedió a la de mandatarios, el diplomático dijo que la declaración
de la V Cumbre quedó casi terminada, por lo que los gobernantes podrán
concentrarse en el análisis de los tópicos principales.
Las deliberaciones durante la sesión plenaria matutina estarán
dedicadas a la lucha contra la pobreza y la exclusión, mientras que
las de la tarde versarán sobre los efectos del cambio climático.
A todas luces, el alza en los precios internacionales de los
alimentos, relacionado con la producción de biocombustibles, ocupará
algunas líneas del documento final.
Según trascendió, los dignatarios expresarán preocupación por el
impacto de la crisis alimentaria en los sectores pobres y propugnarán
medidas urgentes para asistir a los países más vulnerables y a las
poblaciones afectadas por la escasez y carestía de productos básicos.
Establecerán, además, una agenda de cooperación en materia de
desarrollo sostenible, medio ambiente, cambio climático y energía
propuesta por la UE, pero afinada por los negociadores a sugerencia de
América Latina y el Caribe.
En materia política, el texto ratificará la adhesión de los
firmantes a los principios de la Carta de Naciones Unidas y rechazará
todas las medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho
internacional, en alusión al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
En esa misma línea, denunciará la aplicación por Washington de la
extraterritorial Ley Helms-Burton, sancionada en 1996 para recrudecer
el cerco económico, financiero y comercial contra La Habana.
Reconoce la integridad de los derechos humanos, que incluyen los
derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales.
Cifras de organismos internacionales sostienen que Latinoamérica es
la región más desigual del planeta, la mitad de su riqueza está en
manos del 10 por ciento de la población y unos 200 millones de sus
habitantes están inmersos en la pobreza.