Cuando solo restan dos jornadas para que ponga punto final el certamen internacional de ajedrez José Raúl Capablanca In Memoriam aún no se vislumbra un monarca en ninguno de sus dos torneos, y todo parece indicar que la lucha será hasta la jornada sabatina, última fecha de la edición de este 2008.

El habanero muy cerca de los 2 700.

Jugadas siete rondas en el Elite, el grupo más importante del clásico continental, la situación muestra el voto favorable hacia el GM Leinier Domínguez, con el coeficiente más alto presente (2 695) y quien es la mayor atracción de la 43 versión.

Aunque el Ídolo de Güines declaró que jugaría sin pensar en los 2 700, la expectativa porque se acerque a esa cifra sigue tomando cuerpo, pues ha tenido un torneo personal que responde a su Elo y que podría reportarle grandes satisfacciones.

Ante la cuarteta foránea visitante, conformada por ajedrecistas que juegan una gran cantidad de torneos al año —una verdad que no puede ponerse a un lado—, y dueña de coeficientes mayores a los 2 600, Leinier logró más de la mitad de los puntos previstos gracias a su victoria frente al GM Radoslav Wojtaszek (POL-2 625) y empates versus sus homólogos Farruhk Amonatov (TAY-2 625) e Igor Khenkin (ALE-2 609), un desempeño que avala su estado actual competitivo.

Su otro triunfo importante ante el GM villaclareño Jesús Nogueiras (2 559), siempre difícil por su vasta experiencia práctica y teórica, y la división del punto ante su igual y coterráneo Holden Hernández (2 568) matizan el panorama del joven habanero que alcanzó los cuatro puntos y con ellos se consolidó en la cima del Elite en el complejo hotelero Neptuno-Tritón capitalino. Al momento de entregar esta nota asumía su compromiso de la séptima ronda versus el GM santaclareño Yuniesky Quesada (2 567), campeón nacional, que movía las piezas negras.

De manera que en sus próximos desafíos con los GM Lázaro Bruzón (2 608-con blancas), en la octava fecha, y Walter Arencibia (2 534-con negras), en el adiós sabatino, el güinero podría completar su segunda corona —la primera en el 2004—, un homenaje personal a ese grande entre los grandes que fue José Raúl Capablanca.