Marcas
de ventas, ganancias millonarias, posicionamientos mercantiles y,
ahora con el desarrollo de nuevas tecnologías, cifras de descargas
digitales, son términos que suelen medir, a escala universal, el éxito
de la industria discográfica.
"Pero entre nosotros nunca dejaremos de defender el disco como un
fenómeno cultural", dice este hombre en el que una larga experiencia
en tareas de promoción se hace acompañar de un espíritu quijotesco, el
que lo llevó a fundar más de una década atrás la Feria Internacional
Cubadisco, cuando en medio de apremiantes condiciones materiales
hablar de una plataforma de lanzamiento para el fonograma insular
parecía un asunto quimérico.
Ciro Benemelis, presidente de Cubadisco, se enfrenta a partir de
mañana sábado a la duodécima edición de un evento que con el tiempo se
ha convertido en el más importante y aglutinador panorama de la
creación musical en nuestro país, toda vez que a la jerarquía que
concede al registro fonográfico en sí mismo suma una agenda múltiple y
plural de presentaciones, conciertos, homenajes y debates.
"Creo que el principal resultado de Cubadisco pasa por haber
llevado a un primer plano, en nuestro país, la importancia de la
música grabada —expone Benemelis no sin cierta vehemencia y con
conocimiento de causa—; en resaltar el papel del fonograma como
atesorador de momentos de la creación. De no registrarse, la música,
como ha dicho Leo Brouwer, en tanto proceso que transcurre en un lapso
de tiempo determinado, pudiera perderse a partir del mismo instante en
que cesa su ejecución. En esa línea de pensamiento, Silvio Rodríguez
ha afirmado que para un músico la grabación es como garantizar un
espacio en la posteridad. Esas han sido dos divisas esenciales de
nuestro trabajo. Modestamente, y con muchas insatisfacciones,
Cubadisco ha constituido una vía para el conocimiento sobre la
industria de la música y también del audiovisual que hoy es un soporte
de primer orden".
¿Podríamos hablar de plena correspondencia entre industria
discográfica y creación musical cubana?
"Es cierto que se graban y comercializan títulos que son
representativos de diversas áreas de la música cubana, pero hay otras
más que se maltratan. ¿Dónde están los discos de música campesina, del
buen repentismo donde tanta poesía hay? ¿Dónde están, cada año, los
discos de canción lirica, de música coral, sinfónica, de cámara? Los
discos de música folclórica de raíces africanas aparecen
ocasionalmente. Hay que aprovechar todos los eventos posibles para
detectar excelencias. Con los trovadores y jazzistas algo se ha hecho.
Los encuentros en el Centro Pablo de la Torriente Brau y los
festivales JoJazz son ejemplos de una labor promocional seria que va
quedando registrada, pero no agotan las posibilidades en campos donde
la creación es mucho más rica. El Premio Cubadisco ha sido un
referente esencial para descubrir lo que falta para que toda la música
cubana se refleje en la discografía. No se trata tampoco de quemar
etapas, saldar deudas históricas. Nuestra política discográfica no
puede depender de eso, sino debe proyectarse coherentemente".
¿Acaso no crees que pesen en dichas ausencias u omisiones criterios
comerciales?
"Recuerdo a un conocido empresario que un día me dijo: ‘Para
nosotros tener en nuestro catálogo música culta, tradicional y la
folclórica es un asunto de prestigio; aunque no nos dé ganancias, es
una inversión’. En nuestro país debía hacerse con mucha más razón,
porque la esencia de nuestra labor es cultural. A veces escucho que
tal disco de música culta o folclórica no es comercial. Eso es
absolutamente falso. Precisamente a esos fonogramas de músicas
clásicas o folclóricas, que rescatan patrimonios y guardan las
memorias de antaño y aún las vivas, hay que darles un tratamiento
diferenciado en su promoción y en su colocación en el mercado. Pero
también, considero, ha llegado el momento de incentivar otras formas
de circulación de las producciones fonográficas en nuestro medio".
¿Qué iniciativas podrían ser factibles para lograr otro tipo de
socialización de nuestra industria fonográfica?
"Podríamos fomentar condiciones para masificar la presencia del
disco cubano en el sistema educativo desde la enseñanza preescolar
hasta la universitaria. Por supuesto que hay que dotar a esas
instituciones de los equipos reproductores. En muchas escuelas donde
hay equipos de audio solo se oyen temas que nada tienen que ver con
nuestra identidad, temas banales en lo textual y lo musical. Esos
oídos se mal educan. ¿Te imaginas una buena fonoteca en cada una de
nuestras escuelas, renovándola constantemente con las nuevas
producciones? Parece una utopía, pero más temprano que tarde podría
convertirse en una realidad. Ahí es donde deben ir las primeras
Fonotecas Populares o Familiares, una propuesta que el Instituto
Cubano de la Música trata de canalizar".
¿Algún otro camino para vitalizar a la discografía cubana?
"Se impone un salto cualitativo conceptual y profesional en la
proyección estratégica de nuestra industria en consonancia con nuestra
política cultural. En la creación está el embrión de todo lo demás y
junto al creador de la música debe estar lo que llamamos el productor
ejecutivo del disco que tiene que tener la sensibilidad suficiente
para crear junto al músico un producto de excelencia. Para ello hay
que prepararse, escuchar mucha música, leer mucho, estudiar mucho,
asesorarse mucho, y escuchar más. Y no me refiero solo a escuchar
música sino a escuchar criterios. Hay muchos nuevos talentos sobre los
cuales debemos tener una atención permanente. No podemos darnos el
lujo de perderlos. Entre todos estamos en la obligación de
interiorizar el concepto de que cada casa discográfica debe ser más
una institución cultural que una simple empresa cumplidora de
ingresos, sin olvidar que se les exige por esto último. Cuando
lanzamos Producciones Cubadisco, que hoy se llaman Producciones
Colibrí, se hizo bajo el criterio de llenar los espacios de silencio
que tenía la música cubana en la grabación. No es que creamos que se
pueda abarcar todo pero se ha dado un primer paso que otros deben
seguir. Cuando estas cosas sucedan a partir de índices eficientes,
podríamos blasonar entonces que la producción discográfica es reflejo
de la creación musical cubana en todos los órdenes".
África y la diáspora,
protagonistas
Este sábado, noche de
premiaciones