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El primer ministro chino, Wen Jiabao, declaró hoy que lo prioritario
en estos momentos en las zonas afectadas por el sismo de Sichuán es
salvar todas las vidas que sea posible.
El jefe de Gobierno, quien se encuentra en el área desde el pasado
lunes, encabezó una reunión del puesto de mando desde donde se
coordinan los trabajos de socorro y ayuda a las víctimas del
destructivo terremoto.
Añadió que no se debe perder un instante para rescatar a las
personas que todavía se encuentran bajo los escombros y disminuir en
todo lo posible las pérdidas humanas.
También apuntó que es fundamental reabrir las carreteras y caminos
que conducen a las áreas más castigadas por el sismo y las numerosas
réplicas posteriores, algunas de más de seis grados, registradas desde
el pasado 12 de mayo.
Poder reanudar el transporte, y los servicios de electricidad, las
comunicaciones y el suministro de agua potable es la clave para que la
labor de socorro a las víctimas marche exitosamente, indicó el
dirigente chino.
Ante el enorme número de heridos extraídos con vida de las ruinas
de las edificaciones, el Ejército Popular de Liberación (EPL) de China
asignó otros 50 grupos médicos, con un total de mil 500 miembros, a la
asistencia de la población en el norte de Sichuán.
El personal proviene de los hospitales militares de Beijing,
Shanghai y Xian, lo que completará un total de 68 grupos para atender
las urgencias.
El Ministerio de Salud también está enviado a facultativos y a
especialistas en epidemiología para ayudar a la prevención de
epidemias, un riesgo habitual en este tipo de desastres, ya que las
aguas pueden contaminarse.
Una de las escenas más dramáticas de esta tragedia que ha enlutado
a China es la de un centro preescolar en Mianzhu, a 120 kilómetros al
norte de Chengdú, la capital provincial, donde 50 niños pequeños
quedaron sepultados bajo las ruinas.
La escuela, en el poblado de Zundao, fue tan sólo una de las
edificaciones destruidas durante el sismo en esa zona, donde el 80 por
ciento de las viviendas campesinas se desplomó.
Se conoció, además, que el gobierno chino asignó alrededor de 122
millones de dólares para ayudar a las regiones afectadas, en tanto que
los donativos públicos superan ya los 30 millones de dólares, según
informó el Ministerio de Asuntos Civiles.
Varios países extranjeros han anunciado también la asignación de
algunos recursos financieros para dar asistencia a los damnificados
del suroeste de la nación asiática.