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El presidente estadounidense, George W. Bush, llegó hoy a Israel,
donde participará en actividades por el año 60 de este país y
pronunciará su respaldo a la política de Tel Aviv con el entorno
árabe.
Bush sostendrá conversaciones con su similar, Simón Peres, y con el
primer ministro, Ehud Olmert, pero no prevé entrevistarse con
dirigentes palestinos.
El mandatario fue recibido en el aeropuerto Ben Gurión, cerca de
esta ciudad, por sus dos anfitriones, así como por la presidenta del
legislativo, Dalia Itzik, y varios titulares del gabinete.
Según medios de prensa, Bush dijo que "nuestras naciones enfrentan
grandes retos y tienen los mismos principios para triunfar ante
ellos".
En sus respectivos discursos de bienvenida, Peres calificó al
estadounidense de "cálido amigo" y Olmert del "más cercano aliado y
socio" de Israel.
El programa del visitante incluye entrevistas con la cúpula israelí
e intervenir en el evento Mirando al mañana, al cual asisten los ex
jefes de gobierno del Reino Unido y España Anthony Blair y José María
Aznar, entre otros.
Dentro de dos días Bush continuará su gira por Oriente Medio que
incluye estancias en Arabia Saudita y Egipto.
La llegada del mandatario coincide con una acción en extremo lesiva
contra los palestinos, el anuncio de que pronto se aprobará la
construcción de centenares de viviendas para israelíes en Cisjordania.
El diario Ha'aretz que cita a Roi Lachmanovitch, portavoz del
partido Shas- publicó este miércoles que el ministro de Vivienda y
Construcción, Zeev Boim, dará el domingo próximo la autorización
correspondiente.
Esa decisión se relaciona con la ampliación del asentamiento de
Beitar Illit, cerca de Jerusalén, y de otros en la Margen Occidental,
transformaciones que constituyen violaciones a la luz del derecho
internacional.
La disposición cobra mayor dramatismo, por cuanto uno de los
requisitos para avanzar en las negociaciones bilaterales del plan de
paz Hoja de Ruta es poner fin a la ampliación de esas instalaciones.