Rauschenberg fue un incomprendido hasta la llegada del "pop art",
un movimiento que reconoció su obra y que le atribuyó la paternidad
del nuevo estilo, donde Andy Warhol y Roy Lichtenstein fueron dos de
sus principales exponentes.
El ciclo de su obra más célebre es el que se encuadra bajo las
Combine Paintings, un periodo que surge con la incorporación de
objetos reales a su obra y representan el interés del artista por
trabajar en todas direcciones, persiguiendo la idea de
tridimensionalidad.
Cuba aparece dos veces, de forma decisiva, en la biografía de
Rauschenberg: primero en 1952, cuando en La Habana comenzó a
experimentar la traslación de imágenes previamente impresas a sus
dibujos, y luego en 1988 al presentar una amplia muestra de su obra
en el Museo Nacional de Bellas Artes. (SE)