La trascendencia histórica del Mayor General Ignacio Agramonte y
Loynaz, uno de los líderes de la primera guerra por la independencia
de Cuba, la resaltaron hoy a 135 años de su muerte en combate.
Agramonte fue un hombre de su tiempo y de futuro y nunca espectador
de combates desde colinas, expresó Julio César García, primer
secretario del Partido en Camagüey, en el acto nacional por la
efeméride realizado en la Plaza San Juan de Dios, de esta ciudad.
En presencia del Comandante de la Revolución Guillermo García
Frías, el dirigente político señaló que en el ejemplo legado por el
patriota se denota cómo la ética y los principios no pasan de época.
La historiadora Elda Cento relató los momentos fundamentales de la
caída en "El Mayor", y cómo trasciende la figura de Agramonte en el
combate contra fuerzas del colonialismo español en el potrero de
Jimaguayú, a unos 38 kilómetros al sur de esta localidad.
En ese enfrentamiento el líder insurrecto encontró la muerte con 31
años de edad, cuando había organizado y disciplinado la tropa mambisa
hasta hacerla un ejército aguerrido y victorioso.
Nuestros jefes, destacó la historiadora, en las guerras libertarias
de Cuba han participado en los combates siempre a la vanguardia, y esa
fuerza del ejemplo es la que nos hace invencibles.
Agramonte nació en esta ciudad el 23 de diciembre de 1841 y murió
por la independencia de Cuba el 11 de mayo de 1873.
Al terminar el acto, García Frías declaró a periodistas que quienes
lucharon en la última guerra libertaria (1956-1958) fueron
continuadores del ejemplo de hombres como Agramonte.
Hoy la juventud cubana tiene en sus hombros la tarea de seguir
adelante con la Revolución, agregó.
Aprovechó la ocasión para felicitar a todas las madres camagüeyanas
al celebrarse este domingo su día.