La futura producción de ferroníquel, en Moa, tiene como
singularidad que su principal desecho industrial, denominado escoria,
puede ser utilizado directamente como material para la construcción.
Esta posibilidad le confiere un valor añadido a la obtención del
nuevo producto que se incorporará en pocos años a la gama de ofertas
del grupo empresarial Cubaníquel, del Ministerio de la Industria
Básica.
Como el ferroníquel se logra a partir del procesamiento de
minerales serpentiniticos y estos, además del hierro y níquel
contienen abundante sílice y magnesio, el residual será rico en estos
últimos elementos.
La fase final del proceso productivo es la fundición del mineral
procesado, lo que permite lograr el producto comercial en forma de
granulados, nódulos y lingotes con contenido aproximado de 70 por
ciento de hierro y 30 de níquel y la escoria es la resultante
última.
Ese desecho en vez de lacerar el medio ambiente de la región y
añadir un problema, devendrá un excelente componente para la
fabricación de materiales refractarios, cemento y aglomerante para
pavimentos, algo internacionalmente demostrado.
Mientras, también se buscan respuestas medio ambientales adecuadas
para las aguas residuales, cenizas, polvillo y el humo.
La inserción del ferroníquel forma parte del programa de desarrollo
estratégico de la industria niquelífera nacional dirigido a la
diversificación de sus productos finales y mayor valor agregado.
Con el ferroníquel se estaría materializando uno de los objetivos a
partir del uso más racional de los yacimientos de minerales
lateríticos.
Se trata de un producto muy estimado por la industria del acero y,
argumentó Servando Cabrera, director técnico de Cubaníquel, sabemos
que no tiene mucho riesgo la construcción y puesta en marcha de una
planta. Tal es el proyecto Yamanigüey.