.— Los enviados especiales de
la ONU y la Unión Africana (UA) para Darfur están hoy alarmados y
muy preocupados por la escalada de los combates entre rebeldes y
tropas del gobierno sudanés en esa provincia.
Según una declaración entregada a la prensa, el enviado de la
ONU, Jan Eliasson, y el de la UA, Salim Ahmed Salim, advirtieron que
estos nuevos enfrentamientos solo pueden causar más sufrimientos
para la población, así como más daños y destrucción.
Eliasson y Ahmed Salim llevan a cabo delicadas gestiones
diplomáticas para propiciar negociaciones que permitan un arreglo
político durable a más de cinco años de violencia en Dafur entre
grupos rebeldes y tropas del gobierno sudanés.
Pero esos esfuerzos para llevar a ambas partes rivales hacia una
mesa de negociación han sido empañados por recientes enfrentamientos
en el norte de Darfur en los cuales gobierno sudanés recurrió a la
aviación para bombardear varias aldeas.
En esos ataques aéreos contra presuntas posiciones del grupo
rebelde Movimiento de Justicia e Igualdad (MJI) fueron destruidos
viviendas, un acueducto, dos escuelas y un centro comercial, según
reportes de agencias humanitarias de la ONU.
El secretario general Ban Ki-moon condenó de manera enérgica esos
bombardeos que costaron la vida a por lo menos 12 personas y
ocasionaron heridas a más de 30.
Eliasson y Ahmed Salim indicaron que esos enfrentamientos ocurren
luego de conversaciones con representantes de las partes en
conflicto en las cuales todas coinciden en que no hay solución
militar en Darfur.
Tanto el gobierno sudanés como los grupos rebeldes deben actuar
de manera consecuente con ese criterio y cumplir la seria
responsabilidad de asegurar la protección de civiles inocentes que
han sufrido por mucho tiempo, destaca la declaración.
A juicio de ambos Enviados Especiales, la deteriorada situación
en Darfur aumenta la urgente necesidad de un diálogo sobre asuntos
de seguridad, para sentar las bases para un serio proceso de paz.
De acuerdo con estimados de la ONU, unas 200 mil personas han
muerto y más de dos millones 500 mil han sido desplazadas en Darfur
desde el estallido de la violencia en esa provincia sudanesa en
febrero del 2003.