Los
apellidos Sánchez Manduley traen a la memoria la sensibilidad humana
de una gran mujer, su alegría, su intransigencia y lealtad a Fidel y a
la Revolución.
Hoy cumpliría Celia 88 años de edad. Su sonrisa,
que no conoció calendarios, se reconoce en las mujeres incorporadas al
estudio y al trabajo desde los primeros años de la Revolución, en las
personas a las que le tendió la mano en momentos difíciles, en las
obras donde estampó su huella.
Fue ella la más fiel intérprete y ejecutora del
pensamiento de Fidel. Secretaria de la Presidencia, y del Consejo de
Ministros, luego sería Secretaria del Consejo de Estado, fundadora y
miembro del Comité Central del Partido y diputada a la Asamblea
Nacional.
No hubo obra social, plan o tarea a la que no le
dedicara esfuerzo y total entrega. Hizo posible lo aparentemente
imposible. Incorporada a la lucha clandestina y guerrillera en los
años cincuenta, en el llano y en la Sierra fue ejemplo de dedicación,
sencillez y solidaridad.
Su nacimiento nos recuerda hoy que está de vuelta a
la vida, y vive aquí, en el amor de su pueblo, en la obra creadora de
la Revolución.