Investigaciones realizadas indican que más del 20% de las parejas
en uniones estables presentan dificultades para concebir un embarazo,
y aunque las causas de la infertilidad son compartidas, el antecedente
de haberse realizado un aborto o más, aparece en un 60% de las mujeres
que presentan infertilidad de causa tubárica (obstrucción de trompas).
Incluso, en condiciones médicas óptimas, estas interrupciones
pueden originar riesgos como la persistencia de restos ovulares, el
denominado aborto incompleto, con alta incidencia de infección. Son
frecuentes también las complicaciones hemorrágicas y lesiones
traumáticas como las perforaciones uterinas que, en ocasiones, ponen
en peligro la vida de la mujer.
Profesor Miguel Sosa Marín.
Sin embargo, a juicio de los especialistas, la percepción que
tienen las mujeres sobre los riesgos del aborto "es baja", atendiendo
a que muchos de los trastornos que originan estas técnicas invasivas
son "silentes" y se manifiestan a largo plazo, como las complicaciones
inflamatorias que dañan el sistema reproductivo, principalmente las
trompas.
Hoy por hoy se considera que el volumen de abortos voluntarios (por
libre decisión de la mujer) es elevado, aunque el propósito principal
de las políticas de planificación familiar en el país se encamina a la
disminución de esta práctica al mínimo indispensable, atendiendo a los
problemas de salud que genera.
La educación sexual y los esfuerzos dirigidos a promover conductas
responsables frente a las relaciones de pareja, específicamente las
sexuales sobre la base del respeto mutuo, la comprensión y el amor,
sin duda posibilitan evitar embarazos no deseados e inoportunos que
terminan en aborto.
La responsabilidad en las relaciones sexuales siempre es de los dos.
La otra vía es disponer de mejores servicios de anticoncepción y
mayor variedad de anticonceptivos, teniendo en cuenta que alrededor
del 20% de estas interrupciones de embarazo se relacionan con un fallo
anticonceptivo, y un porcentaje similar podría evitarse por decisión
de la pareja o de la mujer si practican una anticoncepción
responsable.
Un experto internacional en el tema, el profesor Miguel Sosa Marín,
especialista de segundo grado en Ginecobstetricia y presidente de la
Sociedad Cubana de Desarrollo de la Familia (Socudef), indicó a
Granma que nuestro sistema de salud ha comenzado, de forma
limitada aún, la introducción del aborto medicamentoso con
Misoprostol, que se irá extendiendo escalonadamente a los 96
hospitales autorizados para practicar las interrupciones voluntarias.
Durante el presente año, informó, es propósito de las autoridades
de salud que el 80% de todas las interrupciones de embarazo por libre
decisión de la mujer se lleven a cabo con este proceder, consistente
en la colocación de una tableta de Misoprostol en la vagina,
bajo riguroso control médico.
Esta técnica comporta una alta seguridad para la paciente y un
mínimo de complicaciones, sin que se abandone por ello la atención
médica al aborto quirúrgico y otros servicios que se prestan.
Las regulaciones menstruales o aspiraciones se realizan en la
actualidad en 32 hospitales autorizados y, fundamentalmente, en 321
policlínicos, practicadas por ginecobstetras y especialistas en
Medicina General Integral debidamente capacitados para ese fin.
El disponer de servicios de aborto de alta calidad y poder optar
por el aborto voluntario basado en el "libre derecho de la mujer o la
pareja a decidir sobre su reproducción", es un logro de las mujeres
cubanas en su lucha por el pleno ejercicio de igualdad entre los
géneros conquistado desde inicios de la década de los sesenta. Esta
aceptación legal tuvo en cuenta, además, la necesidad de disminuir las
complicaciones por la práctica extendida e indiscriminada de abortos
ilegales.
Dos nuevos anticonceptivos orales de producción nacional y alta
calidad, el Trienor y el Etinor, se encuentran a la
venta sin receta médica en la red de farmacias del país. Ambos
medicamentos, sustentó el profesor Sosa, contribuirán también a la
sustitución progresiva del uso de los dispositivos intrauterinos que,
empleados durante largos periodos, pueden generar trastornos
inflamatorios en la mujer.
Asimismo, a partir del segundo semestre de este año comenzará la
venta en farmacias, sin receta médica, del Levonogestrel,
conocido como "anticoncepción de emergencia", o "píldora del día
después", para cuando ocurren fallos anticonceptivos.
La disponibilidad de forma creciente de estos nuevos recursos,
unidos a programas de educación, tanto generales como sexuales,
responde a un objetivo principal de nuestras autoridades sanitarias:
la de disminuir las interrupciones voluntarias de embarazo
susceptibles de ser evitadas, ya sea por decisión de la mujer, la
pareja o mediante una anticoncepción eficaz.