Cuando la intuición atraviesa fronteras

La notable fotógrafa Jill Furmanovsky habla de su afición por el rock y la música de Silvio Rodríguez

GUILLE VILAR

Para muchos fue una humillación a Los Beatles que entre los mejores discos de rock en los últimos 50 años, no resultaron de mayor preferencia para los ingleses, precisamente los del cuarteto de Liverpool, sino los de grupos como Oasis y Radiohead. La explicación de esta polémica encuesta realizada por la prensa especializada británica nos la ofreció la prestigiosa fotógrafa Jill Furmanovsky, quien coincide en señalar que la mayor parte de los entrevistados son jóvenes, además de asegurar que los cubanos haríamos nuestra propia lista.

Jill Furmanovsky en un hogar habanero.

Dialogar con Jill es contactar con una agradable persona, conocedora del excepcional privilegio que la distingue el haber fotografiado a más de 100 personalidades de la historia del rock. De Yes hasta Bob Marley, de Pink Floyd hasta The Police, y de Eric Clapton hasta Oasis, las fotos de Jill sobresalen en este entorno roquero por capturar el momento que humaniza al artista, y no lo mistifica como corresponde a los requerimientos de la propaganda del sistema de estrellas.

Dicha actitud le ha permitido acceder a la mayor cercanía con los músicos, tanto en los conciertos como en las grabaciones, intimidad que no solo permanece en la imagen detenida, sino en la experiencia vivida. Cuántos sentimientos nos colman mientras habla acerca de las seis semanas que pasó junto a Pink Floyd en la gira de The Dark Side of The Moon en 1974 o en los estudios Abbey Road mientras graban el disco Wish You Were Here. Sí afirma que el baterista Nick Mason es un verdadero caballero inglés y que el cantante Roger Waters es fascinante, pero a la vez intimida; otro tanto puede decir de su estrecha relación con The Police desde sus comienzos, de cuando nadie les hacía caso en 1977. Incluso en la actualidad, Sting garantiza que la recuerda de entre los numerosos fotógrafos que estaban en un concierto por aquellos años.

Oasis (1995) bajo el prisma de la Furmanovsky.

Sin embargo, donde Jill marca su predilección es por Oasis, agrupación que de alguna manera conserva el encanto de Los Beatles y ese nivel de creatividad que le ha permitido figurar entre los grupos más populares en Inglaterra. Y entre semejante rango de preferencias se encuentra su admiración por Silvio Rodríguez, revelador detalle que la propia Jill expone a los lectores de Granma: "Aunque no entienda el texto, me atraen su voz y las canciones. Para nada soy una experta en música, pero por mi afinidad con los intérpretes, sé por intuición cuándo estos son genuinos o no. Una vez que su música me fue familiar, quise retratarlo, lo cual quiere decir que quería conocerlo. Fue durante un concierto en España en el 2004 que tuve la maravillosa experiencia de verlo tocar en vivo y conmoverme con la reacción del público. Al cabo de dos años es otra vez en España donde pude conocerlo personalmente y hacer una sesión de fotos antes del concierto, labor en que ambos nos sentimos muy cómodos. Durante mi reciente estancia en Cuba, tuve el gran honor de que Silvio me invitara a uno de los conciertos de la gira Expedición y me impactó mucho su carisma para inspirar al resto de los artistas a hacer cosas mientras él permanece con su cámara entre el público. Es uno de los rasgos que más admiro de Silvio".

 

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