A la obra lírica de Ricardo Alberto Pérez (La Habana, 1963), sobre
todo a la que ha hecho en los últimos años, no se llega por caminos
tradicionales. Oral-B, el libro que le diera el Premio Guillén
2007 y que publica Letras Cubanas, ofrece al lector otra mirada a la
poesía contemporánea cubana. Una poesía, la de Ricardo, cuyos rasgos
definitorios podrían ser la sequedad, el dinamismo y la precisión.
En Oral-B, el poeta echa mano a elementos de referencia
psicológica habitualmente menos empleados en nuestra tradición lírica.
Situaciones absurdas, regodeo con lo insólito o metáforas
desconcertantes, pero sin perder de vista al destinatario: al placer
de leer y descubrir. De descubrir, leyendo poesía, nuevos y posibles
universos interpretativos.
Los temas a los que acude por lo general el autor derivan de
sucesos cotidianos, circunstanciales, y en muchas ocasiones del
entorno rural, del cual él hace texto, teniendo como motivo la figura
del campesino o su propio origen familiar agrario, en una revisita de
lo cubano.
La exploración es sin dudas un acto motivador en el poeta, aunque
todo indica que no son precisamente las vanguardias su objetivo sino
el abrirse al mundo ancho y múltiple de la creación universal, y de
forma concreta al latinoamericano, y beber y ensayar a partir de esas
fuentes.
En Brasil, donde Alberto Pérez residió por algún tiempo, "digirió"
influencias, como esa de procurarse por medio del poema toda la
libertad expresiva, argumental necesarias, con una admirable economía
de medios, experiencia tan viva en el quehacer del paranaense Paulo
Leminski, quien fuera ventana hacia otra consideración de lo poético
en el cubano.
Oral-B, título del libro, es el mismo que distingue la primera
parte del cuaderno, cuyos versos son nombrados de manera individual.
Lo contrario de la segunda, Caballos empapados de tinta, que se
suscribe mejor a esa idea suya de "dar por perdida la batalla del
poema" y ampararse en textos independientes, rápidos disparos
mentales, que en una supuesta fragmentación del discurso van
conformando un único y firme tejido confluente.
Me atrevo a aventurar que tanto para el lector común como para el
crítico, Oral-B será un ejercicio inspirador. Una razón para
volver una y otra vez a él, y distinguir esta poesía estricta,
esencial, necesaria a nuestras letras.
La babosa no precisa menstruar/ va fundiendo/en el mundo/esa
sustancia que establece/con recta disposición. /cualquier filosofía/ o
música, / imagen o escritura /en la babosa cabe. /contiene ritmos/
pulsos/ temperaturas. /Con su casa a cuestas/va a subir al árbol./
Babosa no es/ azar/aunque haya sido/lanzada/como un dado/para
decir:/la voluntad está inscripta/delante de tus ojos. (La babosa no
precisa menstruar, de Oral-B).