Vivaracha,
afable, sin tapujos. Así conversó con Granma en el velódromo
Reinaldo Paseiro, donde hace apenas 15 días conquistó su
decimoquinto título en el ciclismo de las Olimpiadas Cubanas. Una
marca bien difícil de igualar que en primera instancia solo pudo
lograr ella, que lo ha ganado casi todo tanto en pista como en ruta.
Con un palmarés impresionante, que reúne los cetros mundial
—primera cubana en coronarse monarca del orbe, en Melbourne 2004—,
panamericano y centroamericano; hasta el momento solo un título
parece resistírsele. De ahí que ha devenido obsesión. Pero sin más
cedámosle la palabra a Yoanka González Pérez, la Centella de
Cifuentes.
En Beijing asistirás a tus terceros Juegos Olímpicos, ¿cuál será
tu meta?
"Sueño con una medalla olímpica. No sería completamente feliz si
no la lograse, pues siento que es la única alegría que me falta por
regalarles a aquellos que me siguen y me apoyan dentro y fuera del
ciclismo."
¿Cómo valoras tus posibilidades para vencer ese reto?
"Es difícil, porque todas las competidoras tienen un nivel muy
alto. En Beijing estará la elite y habrá corredoras muy fuertes como
la holandesa (Marianne Vos) que encabeza actualmente el ranking de
la ruta y ganó el oro en el último Mundial. Además, en una
competencia de un día las cosas no salen casi nunca como uno espera
y el más mínimo detalle puede ser decisivo. Por eso espero que todo
fluya bien. Porque es difícil, pero no imposible."
Aunque confiesa sentirse más cómoda corriendo el scracht —que no
entra en el calendario olímpico—, en la cita asiática Yoanka
competirá en la carrera por puntos, en cuyo ranking marcha cuarta.
En esa prueba, sobre 25 kilómetros, las medallas se repartirán a las
tres pedalistas que más unidades acumulen en los embalajes y por
vueltas ganadas. Precisamente en esta modalidad, Yoanka logró un
bronce en el Mundial de Stuttgart 2003 y el oro en una de las fases
de la Copa del Mundo.
¿Qué preparación seguirá a la IV Olimpiada?
"Correr, correr y correr. Primero en los Campeonatos
Panamericanos de Uruguay (del 4 al 11 de mayo), y luego en la Vuelta
Femenina a El Salvador (del 15 al 25 del mismo mes) y en otro torneo
que tendrá lugar en Canadá (del 31 de mayo al 14 de junio)."
¿Cómo afrontas los instantes previos a la arrancada?
"Con optimismo, voluntad, deseos de llegar primera a la meta,
tratando de tener siempre las ideas bien puestas. El ciclismo es un
deporte muy difícil que exige sacar el extra en todo momento."
Esto lo sabe muy bien, pues a sus 32 años lo ha probado todo,
desde el placer desbordante del triunfo hasta los sinsabores de las
lesiones y el esfuerzo malogrado por las caídas.
¿Qué representa el ciclismo para ti?
"Es mi deporte, lo que más disfruto." Y se sonríe, pues recuerda
cómo se montó a una bicicleta para competir, cuando por embullo
abandonó hace años el atletismo donde inició sus pasos. Desde
entonces parece no haber descendido nunca de su rocín metálico.
En la IV Olimpiada se vieron muchos prospectos, ¿cómo valoras el
estado actual del ciclismo cubano?
"Ahora hay más talento y sin duda pueden salir más campeones,
porque los ciclistas jóvenes también cuentan con una ventaja
adicional: Tienen un espejo en que mirarse con Yumari y Lisandra,
quienes también son campeonas del mundo y aún pueden lograr mucho
más."
¿Cuál será el reto de Yoanka después de Beijing?
"Tener mi familia".
Su adiós definitivo tras la cita de agosto parece inevitable. Y
por demás, inminente. Pero antes Yoanka pudiera cosechar más lauros
y acaso también cumplir su sueño.