El presidente George W. Bush
reconoció hoy que la crisis económica afecta a casi todos los sectores
sociales de Estados Unidos y culpó al Congreso de no hacer mucho para
superar los problemas financieros de la nación.
En una sorpresiva conferencia de prensa, Bush puntualizó que
efectivamente los distintos sectores productivos y de servicios se
mantienen en un proceso muy lento, lo que evidencia, dijo, que estamos
ante un estancamiento muy peligroso de los asuntos económicos.
Subrayó que la cifras de estos comportamientos en el primer
trimestre de este año se harán el próximo miércoles a través de la
Reserva Federal (FED), la que brindará un informe sobre el
comportamiento de la economía.
No puedo adivinar cual será la cifra de crecimiento, agregó,
afirmando que no había sido informado de antemano del contenido del
informe económico.
Bush expresó hoy su preocupación por el alza de alimentos y
gasolinas, pero culpó al Congreso, de mayoría demócrata, por no apoyar
sus planes para aumentar la producción de energéticos.
El gobernante sostuvo que los legisladores han bloqueado sus
esfuerzos para aprobar una reforma energética que permita expandir la
oferta de Estados Unidos en un millón de barriles diarios.
Cuestionado sobre si la política estadounidense para producir
biocombustibles estaba empeorando el problema de los alimentos, Bush
evitó responder directamente y aseguró que es de interés nacional que
los granjeros norteamericanos cultiven energía, en lugar de comprarla
en otras partes del mundo.
Estados Unidos adquiere en el exterior más del 50 por ciento de sus
necesidades de energía.
En los últimos días, los precios del crudo tipo Texas han alcanzado
los 120 dólares el barril, en tanto que el precio medio de la gasolina
se encuentra en la nación a cuatro dólares el galón (3,79 litros).