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Más de 110 personas murieron la pasada semana en Mogadiscio y otras
localidades de Somalia, donde la Unión de las Cortes Islámicas (UCI)
reclama haber tomado algunas regiones incluyendo la cabecera de la
provincia Jawhar.
Medios de prensa difundieron hoy que el gobierno de transición
rechazó esas declaraciones de la UCI.
La organización de base confesional anunció por tercera ocasión en
dos meses que tomó un territorio en el curso del conflicto que la
enfrenta al ejército nacional, aún en embrión, y a sus aliados.
Según la Unión, sus hombres retornaron a Jawhar a pedido de líderes
tribales del lugar, quienes les preguntaron si ellos podían restaurar
el orden luego de la salida de las fuerzas del gobierno.
La UCI toma por cortos períodos ciudades como táctica para mostrar
su fuerza, demostrar su presencia, expresar su agilidad combativa y
hostigar a las tropas, evaluaron los medios.
El vocero de la Unión de las Cortes Islámicas, Abdirahim Isa Adow,
amplió que sus milicianos arriban y aseguran el lugar, pero aclaró que
no está en sus planes permanecer largo tiempo en Jawhar.
La UCI instauró medidas para regir el comportamiento social durante
su toma de Mogadiscio, la capital, en el año 2006, pero fueron
desalojados por sus rivales con el apoyo de fuerzas extranjeras.
A criterio de los milicianos, su vuelta a Jawhar se inserta en lo
referente al comportamiento social, es decir, tras la retirada de las
fuerzas de seguridad somalíes, las ciudades como esa se vuelven
vulnerables al robo y el saqueo por los clanes locales.
Desde 1991, cuando el entonces presidente Mohamed Siad Barre
abandonó el país, Somalia ha permanecido sin autoridad central hasta
que un grupo intergubernamental de la región del oriente africano
ayudó a confeccionar un ejecutivo de coalición, que aún está
madurando.