"Extraño a mis amigos. No los he visto durante semanas, quiero
jugar con ellos", dijo Saadoun, de 12 años.
"Estoy harto de estar sentado en casa. Quiero regresar a la escuela
para estudiar y ser un doctor, para atender personas heridas en el
futuro, si ocurren ataques", agregó.
El sistema educativo de Iraq, que solía ser la envidia de Oriente
Medio, ahora está en ruinas, según reporta Reuters.
La violencia, el colapso de la infraestructura escolar y el
desplazamiento en masa tanto de alumnos como de maestros, han
convertido a muchas de las escuelas iraquíes en fétidas ruinas,
poniendo en riesgo el futuro de millones de niños como Saadoun.
A finales de la década de 1980, después de inyectar el dinero por
las utilidades del petróleo en la educación escolar, Iraq había
virtualmente eliminado el analfabetismo.
Pero después de dos décadas de sanciones económicas y guerra, un
tercio de los adultos iraquíes ahora no sabe leer, declaró el ministro
de Educación, Khodhair al-Khozaei.
"Es un problema que no puede ser resuelto con una varita mágica.
Necesitamos más de 4 300 nuevas escuelas, las existentes están en
malas condiciones y la población está en aumento", afirmó.
No hay otro lugar de Iraq que ejemplifique más la severidad de la
crisis que el barrio de Thamir, en Ciudad Sadr. Este tiene una
población estimada de dos millones de habitantes, de ellos más de 500
000 escolares, pero con solo 260 colegios, muchos apenas utilizables.
Helicópteros de combate estadounidenses constantemente sobrevuelan
el lugar, a la caza de rebeldes.
Durante una reciente visita a la escuela primaria al-Khaldiya, en
Ciudad Sadr, aguas residuales no tratadas se filtraban sobre el suelo
desde caños tapados y agujereados, llenando las aulas con un hedor
opresivo.