El 9 de abril de 1958, el pueblo cubano escribió otra hermosa
página de heroísmo. Ese día se desencadenó la huelga general
revolucionaria contra la tiranía batistiana. Jóvenes valerosos,
escasamente armados, libraron audaces acciones en La Habana,
Guanabacoa, Sagua La Grande, Santa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey y
otras poblaciones del oriente, sobre todo de Santiago de Cuba y del
resto del país.
Más de un centenar de combatientes revolucionarios cayeron en
combate, otros fueron bárbaramente asesinados en la feroz represión
que siguió al fracaso de la huelga armada revolucionaria.
Después del 9 de abril, la tiranía lanzó un ejército de 10 000
hombres contra los combatientes en la Sierra Maestra, que apenas
llegaban a 300, y llegó a creer que estaba en el pórtico de la
victoria, que podía aplastar a la Revolución. Sufrió una aplastante
derrota.
Aquellas acciones del 9 de abril de 1958, como señalara nuestro
Comandante en Jefe Fidel Castro, "no solo constituyeron un
ejemplo extraordinario de heroísmo, constituyeron también un ejemplo
de cómo un pueblo revolucionario es capaz de recuperarse de
cualquier revés".
Rendimos homenaje hoy a nuestros inolvidables mártires de aquel
episodio histórico, reafirmando nuestra decisión de ser cada vez más
eficientes en la producción y elevar hasta el infinito la defensa de
la Revolución que en otro abril memorable definió su carácter
socialista e infligió al imperialismo yanki su primera gran derrota
en América Latina.