Contrario
al dicho popular "las aguas de abril caben en un barril", entre la
noche del lunes y el amanecer de ayer martes ocurrieron lluvias
localmente intensas desde Pinar del Río hasta Villa Clara, las cuales
estuvieron asociadas al avance de una hondonada procedente del Golfo
de México.
Según los datos ofrecidos por el Máster en Ciencias Alberto
Sánchez, del Centro de Pronóstico del Instituto de Meteorología, el
mayor acumulado fue de 257 milímetros y se reportó en el poblado
habanero de Surgidero de Batabanó. También hubo precipitaciones muy
significativas en Batabanó con 255 mm; Bacuranao, 201; Bauta, 171; La
Palma, 150; Guanabo, 135; CAI José María Pérez (en Villa Clara), 132;
Alquízar, 126; y Las Cañas, Artemisa, 116.
De manera general, la primera decena de abril ha sido bastante
húmeda en la mayor parte del archipiélago al extremo de poner en jaque
el desarrollo de la fiesta beisbolera de los play off en más de un
estadio.
Consultado sobre si podemos hablar de un comienzo prematuro del
periodo lluvioso (se extiende de mayo a octubre), el doctor José
Rubiera, señaló que abril es un mes de tránsito entre el invierno y el
verano, y en ocasiones puede sorprendernos con abundantes aguaceros.
No por gusto, señala, existe también otro viejo refrán que dice
"abril, aguas mil".
Las precipitaciones de estos días, explicó, obedecen en primer
lugar a la influencia de sistemas invernales surgidos en el sudeste
del Golfo de México, cuyas áreas de nubes se han desplazado de oeste a
este sobre nuestro país.
A lo anterior se suma el alto contenido de humedad aportado a la
atmósfera por los cálidos vientos de componente sur. Ello ha
favorecido la actividad de chubascos y tormentas eléctricas en horas
de la tarde y la noche, muy similar a la del verano.
Por eso, indicó Rubiera, lo sucedido hasta ahora no significa un
anticipo de cómo será mayo, ni un adelanto del periodo lluvioso. El
comportamiento de cada mes depende de las condiciones meteorológicas
específicas que imperen en ese momento.