Estas personas se encuentran entre los más necesitados de la población pobre en esa región oriental del Congo Democrático, escenario de enfrentamientos armados en meses recientes.

Según un reporte divulgado en esta sede, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con una organización no gubernamental francesa promueve un proyecto para que esos desplazados consigan autoabastecerse de productos avícolas.

El programa fue iniciado en noviembre pasado en la localidad de Bulengo, donde se concentran unos 800 mil desplazados por la violencia, la mitad de ellos forzados a abandonar sus hogares el pasado año, con la participación de 150 familias.

Cada una de ellas recibió 20 gallinas ponedoras, pienso, medicinas, ayuda para construir gallineros y espacio para el movimiento de las aves, así como consejos para usar estos animales y sus huevos para el consumo y el comercio.

Con esos ingresos, además de enfrentar el problema de las altas tasas de desnutrición, los desplazados pueden adquirir otros alimentos o uniformes para los niños, dijeron voceros de ACNUR.

La agencia de la ONU priorizó entre las familias escogidas las encabezadas por mujeres o jóvenes, las que cuentan con mujeres abusadas y con discapacitados.