Restos de organismos que vivieron hace más de 10 mil años
(Pleistoceno) fueron localizados por espeleólogos cubanos en el
sistema cavernario Boquerones, al noroeste de Ciego de Ávila.
Las evidencias descubiertas en las paredes de la cueva La Jutía son
huesos y vértebras de roedores, musarañas y lechuzas.
También se encontraron fósiles de perezosos, animales de gran
tamaño que sirvieron como sustento alimenticio a los aborígenes.
Félix Pereira, integrante del Comité provincial de espeleología,
explicó que entre esos hallazgos asombra la presencia del ave
Gallinuela de Santo Tomás, reportada actualmente en el humedal de
Ciénaga de Zapata, lo que demuestra como ha disminuido su hábitat en
el país.
La cueva La Jutía se formó por el agua que transitaba desde la
superficie hasta las profundidades del farallón rocoso de la loma Las
Yayas en el municipio de Florencia, único en la provincia con una
geografía caracterizada por elevaciones.
El sistema cavernario de Boquerones, con más de 10 furnias, es el
más grande de Ciego de Ávila y es objeto de continuas exploraciones
por sus valores históricos, paleontológicos y arqueológicos.
En este sitio, símbolo de belleza subterránea, se han descubierto
restos fósiles de murciélagos y roedores, así como las dos columnas
estalagmíticas isotubular existentes en el país.