La unidad inaugurada próxima al central Manuel Fajardo, en La
Habana, tomada por sus características como referencia nacional,
actualiza con una proyección más amplia y acabada, el empleo de
residuos de la cosecha cañera y derivados de la agroindustria, para
alimento animal.
Como señaló Ulises Rosales del Toro, miembro del Buró Político y
ministro del Azúcar, es solo el comienzo de un programa que debe
extenderse, cuanto antes, a por lo menos un central en cada
provincia y después continuar.
Se trata, afirmó, de no violentar etapas, de recoger y aplicar
experiencias, pues a diario, y este centro lo demuestra, aparecen
variantes e ideas que perfeccionan el sistema.
La concepción del sistema se basa en construir naves de estabular
toros y ovinos cercanas a centros de acopio o limpieza, aprovechar
los residuos que dejan durante la zafra y, en lo posible, llegar a
almacenar parte del sobrante.
El proyecto quedará completo, apuntó el viceministro Gustavo
Rodríguez Rodello, cuando se pase a una etapa superior que incluye,
entre otras exigencias, la creación de fincas de cría y sus
sementales (garantizarán toretes en mejores condiciones),
plantaciones de caña y king gras y la producción de miel,
urea y bagacillo para una alimentación sostenible y estricta
disciplina en el suministro de la dieta que el animal necesita.
Es imprescindible, junto a la atención sanitaria, un muestreo
sobre el comportamiento del peso.
Los animales transitan por un ciclo de ceba intensiva mediante la
fórmula miel-urea, miel-urea-bagacillo, forraje, caña y otros
piensos y minerales para lograr el peso exigido para el sacrificio.
El peso del bovino al llegar es de 200 kg y al final de 450, en
350 días. A su vez el ovino entra a la unidad con 13 kg y debe
entregarse con 32 kg en un periodo menor lo cual permite dos cebas
anuales.
Según los costos de producción y los precios de venta de la carne
en pie, el beneficio es ventajoso para la empresa. Los análisis
indican que si todo marcha bien lo invertido tendrá una temprana
recuperación. Cerca del 90% de los recursos utilizados en las
instalaciones, que recibe el agua extraída por molino de viento,
estaban en el propio central.
A los trabajadores de este pequeño colectivo —cuatro en total,
atienden hoy 100 toretes y 40 ovinos— se les fija, según
lineamientos del MINAZ, un anticipo hasta la terminación del ciclo
productivo y al final se les distribuye parte de las ganancias
tomándose como base el coeficiente de participación laboral.
Junto al Ministro estuvieron en la inauguración, que incluyó una
clase demostrativa, los miembros del consejo de dirección ampliado
del organismo, representantes de las entidades que ejecutaron la
obra y del central Manuel Fajardo.