Inaugurado cebadero para toros y ovinos estabulados

Se inscribe en la estrategia del Ministerio del Azúcar para incrementar la producción de alimentos con recursos del sector

Juan Varela Pérez
juan.pvp@granma.cip.cu

QUIVICÁN.— Un sistema de ceba estabulada de toros y ovinos para incrementar la producción de alimentos, en especial carne, destinada al balance nacional, desarrolla hoy una primera y experimental fase.

El sector agroindustrial azucarero es una fuente estimable para el alimento animal, especialmente el vacuno.

La unidad inaugurada próxima al central Manuel Fajardo, en La Habana, tomada por sus características como referencia nacional, actualiza con una proyección más amplia y acabada, el empleo de residuos de la cosecha cañera y derivados de la agroindustria, para alimento animal.

Como señaló Ulises Rosales del Toro, miembro del Buró Político y ministro del Azúcar, es solo el comienzo de un programa que debe extenderse, cuanto antes, a por lo menos un central en cada provincia y después continuar.

Se trata, afirmó, de no violentar etapas, de recoger y aplicar experiencias, pues a diario, y este centro lo demuestra, aparecen variantes e ideas que perfeccionan el sistema.

La concepción del sistema se basa en construir naves de estabular toros y ovinos cercanas a centros de acopio o limpieza, aprovechar los residuos que dejan durante la zafra y, en lo posible, llegar a almacenar parte del sobrante.

El proyecto quedará completo, apuntó el viceministro Gustavo Rodríguez Rodello, cuando se pase a una etapa superior que incluye, entre otras exigencias, la creación de fincas de cría y sus sementales (garantizarán toretes en mejores condiciones), plantaciones de caña y king gras y la producción de miel, urea y bagacillo para una alimentación sostenible y estricta disciplina en el suministro de la dieta que el animal necesita.

Es imprescindible, junto a la atención sanitaria, un muestreo sobre el comportamiento del peso.

Los animales transitan por un ciclo de ceba intensiva mediante la fórmula miel-urea, miel-urea-bagacillo, forraje, caña y otros piensos y minerales para lograr el peso exigido para el sacrificio.

El peso del bovino al llegar es de 200 kg y al final de 450, en 350 días. A su vez el ovino entra a la unidad con 13 kg y debe entregarse con 32 kg en un periodo menor lo cual permite dos cebas anuales.

Según los costos de producción y los precios de venta de la carne en pie, el beneficio es ventajoso para la empresa. Los análisis indican que si todo marcha bien lo invertido tendrá una temprana recuperación. Cerca del 90% de los recursos utilizados en las instalaciones, que recibe el agua extraída por molino de viento, estaban en el propio central.

A los trabajadores de este pequeño colectivo —cuatro en total, atienden hoy 100 toretes y 40 ovinos— se les fija, según lineamientos del MINAZ, un anticipo hasta la terminación del ciclo productivo y al final se les distribuye parte de las ganancias tomándose como base el coeficiente de participación laboral.

Junto al Ministro estuvieron en la inauguración, que incluyó una clase demostrativa, los miembros del consejo de dirección ampliado del organismo, representantes de las entidades que ejecutaron la obra y del central Manuel Fajardo.

 

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