El
afán de rebeldía del pueblo cubano se ratificó hoy en la conmemoración
de los 130 años de la Protesta de Baraguá, a la que asistió el General
de Ejército Raúl Castro, presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros.
Un acto político-cultural y ceremonia militar se realizó en ese
sitio del municipio de Mella, a 80 kilómetros de la ciudad de Santiago
de Cuba, para recordar el hecho protagonizado por el General Antonio
Maceo y un grupo de patriotas opuestos a una paz sin independencia de
España.
Cuba nunca cejará en su empeño de ser libre y digna, fue el mensaje
expresado en música, danza, poesía y discursos, que se acompañó con
los disparos de 21 salvas de artillería y el depósito de una ofrenda
floral en el parque monumento erigido entre mangos y cercas de piedra
en ese lugar.
El
homenaje, en nombre del pueblo cubano, fue presidido por Raúl y los
Comandantes de la Revolución Juan Almeida, Ramiro Valdés y Guillermo
García, entre otros dirigentes, así como miembros de la familia
Maceo-Grajales, cuna de patriotas heroicos del siglo XIX.
La interpretación de versos del poema El General Antonio, de Manuel
Navarro Luna, trajo al escenario la figura de quien fue llamado el
Titán de Bronce, por la bravura y el genio político militar que
desplegó en los 51 años de su vida.
Una alumna de primaria, Yadisley Soto, abrió la lista de oradores
con el mensaje de la preparación de las nuevas generaciones para
asumir sus compromisos en el presente y futuro de la Revolución.
Los
pioneros nunca traicionaremos a Fidel, el Pionero Mayor, dijo la niña,
en presencia de 10 bloques de distintas fuerzas de combate y unos tres
mil 500 habitantes de ese territorio.
Roilán Rivero, un joven trabajador social, consideró que como ayer
aquellos insurrectos se levantaron para decir No a un pacto
pacificador inmoral, hoy a los cubanos les corresponde no dar tregua a
la ingenuidad y la banalidad, para concentrarse en las tareas
esenciales de la nación.
Llamó a entender y apropiarse de las razones e ideas de Fidel, y
consideró que el ejemplo de la generación histórica fundadora de la
Revolución y las que le siguieron no permite tener descanso para
construir y asegurar el porvenir.
La cadete Yusmila Hidalgo recordó que el país de hoy no es el
de 1878, pues existe un proceso revolucionario fortalecido hasta sus
raíces, y envió un mensaje al gobierno norteamericano exigiendo el
cese de actos injerencistas.
Desde este monumento de la dignidad y la intransigencia les
reiteramos que a Cuba no la tendrán jamás, sentenció.
Las palabras de cierre fueron del General de Cuerpo de Ejército
Ramón Espinosa, miembro del Buró Político y Jefe del Ejército
Oriental, quien recordó la valoración hecha por José Martí de la
Protesta de Baraguá: "es de lo más glorioso de nuestra historia".
En este sitio se salvó la honra de la Patria, Maceo aquí nos
enseñó a no transigir jamás con el enemigo ni renunciar a la lucha,
proclamó el Héroe de la República de Cuba.
Refirió que la Revolución vive una nueva etapa de su
historia, donde mantiene la firme cohesión en torno al Partido, con la
unidad como arma principal para derrotar a las agresiones enemigas y a
las propias deficiencias.
Hoy el reto es ser exigentes y consolidar el orden y la
disciplina, como lo hizo Maceo, acotó, para concluir con un llamado a
trabajar duro como requisito indispensable para avanzar en la economía
y los demás frentes.
Cadetes, tanquistas, estudiantes de escuelas militares, integrantes
del Ministerio del Interior, guardiamarinas, efectivos del Ejército
Juvenil del Trabajo y miembros de las Milicias de Tropas Territoriales
dieron punto final a la conmemoración con una vistosa revista militar.