SOS... SOS... Accidentes

JOSÉ A. DE LA OSA

La señal de socorro más utilizada internacionalmente desde los albores del siglo XX ––S O S––, encabeza estas notas dirigidas a colocar en plano de atención que los accidentes figuran como la principal causa de muerte de uno a 19 años de edad, y es una de las más importantes en los primeros 12 meses de vida.

Por ello, la probabilidad de que en Cuba muera un niño sano es consecuencia de este verdadero flagelo de nuestro tiempo.

Habría que consignar, aunque no constituya el objetivo central de este trabajo, que los accidentes ocupan también el quinto lugar como causa de fallecimiento en todas las edades, solo superados por las enfermedades del corazón, las cerebrovasculares, los tumores malignos y la influenza y neumonía.

Atendiendo a la enorme carga de sufrimiento humano que se deriva del fallecimiento o discapacidad de un ser querido, e incluso por el elevado costo económico que ello representa, los especialistas consideran que la prevención de los accidentes debe ser considerada una emergencia en salud pública y también social.

Datos preliminares suministrados por la Dirección Nacional de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública indican que, en los primeros nueve meses del 2007, se registraron 198 fallecidos por accidentes, lo que significa que cada 33 horas se perdió la vida de un menor de 20 años.

Las principales causas de muerte se originan por las caídas, el 38% del total, y los del tránsito con un 27%. La suma de estas dos causas totaliza el 65% de la mortalidad.

Les siguen en orden de importancia el ahogamiento y sumersión con el 6,1%; cuerpos extraños, 3,4%; corriente eléctrica (niños electrocutados), el 1,2%, y otros como la broncoaspiración alimentaria, fuego, golpeados por objetos, aspiración, alcanzados por rayos, envenenamiento accidental y por disparo de armas de fuego.

Subrayemos que en el primer año de vida el mayor peligro de accidentes reside en el colecho o cama familiar (cuando los niños duermen con los padres corren el peligro de ser aplastados o asfixiados por ellos); la obstrucción de las vías aéreas por llevarse a la boca semillas, monedas, un alfiler, una cuenta de collar; aspiración de alimentos cuando no se les acuesta de lado después de tomar la leche, y por caídas desde alturas.

Una encuesta realizada durante un mes en hospitales de tres provincias del país, para conocer el número de lesionados que acuden a recibir asistencia médica, puso de manifiesto que de las 4 346 personas que sufrieron accidentes, un 44% ocurrieron en el propio hogar como consecuencia de caídas, golpeados por objetos y quemaduras.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido "como uno de los pasos de mayor importancia para la prevención de accidentes" la necesidad de vencer el sentido de fatalismo asociado a ellos. Por tanto, es de vital importancia que las personas perciban que los accidentes "no son eventos fortuitos imposibles de predecir", porque es posible evitarlos si incrementamos nuestra percepción de los riesgos prevalecientes en nuestro entorno.

Los esfuerzos para la prevención de los accidentes, como se comprende, rebasan en mucho al sector de la salud y demandan, en cuanto a niños y adolescentes se refiere, la máxima responsabilidad familiar. Es criterio compartido que los accidentes "ni son tan inevitables ni tan accidentales".

Un experto cubano en el tema, el Doctor en Ciencias Médicas Francisco Valdés Lazo, pediatra especialista de la Dirección Nacional Materno-Infantil del Ministerio de Salud Pública, sustenta que para evitar accidentes se requiere tener en cuenta los siguientes factores: previsión, tiempo y disciplina.

Y explica que la previsión se requiere para pensar y hacerse sensible a los posibles peligros que acechan a los niños; tiempo para vigilarlos; y disciplina, porque niños y adolescentes deben aprender hasta dónde pueden llegar.

Desde 1995 nuestro país desarrolla un Programa Nacional de Prevención de Accidentes, mediante acciones de promoción, protección y recuperación, dirigido a los menores de 20 años, que ha posibilitado una reducción en el número de defunciones.

El equipo de salud y los medios de difusión en sistemáticas campañas, desempeñan un papel fundamental en la prevención de los accidentes, para que la educación familiar y social se convierta en una efectiva "vacuna" contra este flagelo que continúa segando vidas en este siglo XXI.

Para evitar accidentes

· En la cuna: acueste siempre al niño de lado y ponga el bastidor inclinado con la cabeza más alta que el cuerpo. No use collares, almohadas o bolsas plásticas. Use barandas altas.

· En la cama de los adultos: no acueste al niño a dormir con usted. Puede comprimirlo y no dejarlo respirar.

· En el cuarto: no deje al alcance del niño objetos pequeños, cuentas de collar, alfileres, tijeras, semillas, ni medicinas o tabletas. Pueden provocar asfixia o envenenamiento.

· En el cuarto de baño: mantenga la puerta cerrada; ningún menor de 5 años debe quedarse solo; no ponga los medicamentos ni los artículos de limpieza al alcance del niño.

· En la cocina: no permita el acceso a menores de siete años; coloque los calderos con el mango hacia dentro; luz brillante, salfumante e insecticidas fuera del alcance del niño. Nunca los ponga en botellas de refresco.

· No tome bebidas calientes con un niño pequeño cargado. Cuidado con las cajas de fósforos, los quinqués y los cables eléctricos.

· En la casa: son peligrosos tinas con agua, insecticidas, raticidas, cisternas sin tapa, ventanas sin rejas, muebles en balcones sin protección. Nunca deje a los niños pequeños solos en la casa. Son recomendables las puertas o rejas para evitar que el niño escape. Si hay garaje y auto, cuando se da marcha atrás debe tenerse en cuenta que los niños pequeños no se ven.

· En la calle: lleve al niño de la mano y por la parte interior de la acera; si algo le atrae, puede salir corriendo sin tener en cuenta el tránsito. Cuidado con los ciclistas que van por la acera. Cruce siempre por las esquinas y atienda bien el semáforo.

· En el campo: hay peligro de ahogarse en presas, pozos, piscinas y ríos. Cuidado cuando hay tormentas eléctricas; atención a los envenenamientos con plaguicidas y raticidas.

CUBA:
PRINCIPALES CAUSAS DE MUERTE EN MENORES DE 20 AÑOS

Menores de 1 año Broncoaspiración alimentaria, cuerpos extraños, asfixia por colecho (dormir con los padres), caídas, corriente eléctrica, ahogamiento y sumersión.
De 1 a 4 años Tránsito, ahogamiento y sumersión, (preescolares) Tránsito, ahogamiento y sumersión, (preescolares) envenenamientos, caídas, broncoaspiración alimentaria, corriente eléctrica, quemaduras.
De 5 a 14 años Tránsito, ahogamiento y sumersión, golpeados (escolares) Tránsito, ahogamiento y sumersión, golpeados (escolares) por objetos, corriente eléctrica, caídas, rayo, quemaduras.
De 10 a 19 años Tránsito, ahogamiento y sumersión, caídas, (adolescentes) Tránsito, ahogamiento y sumersión, caídas, (adolescentes) corriente eléctrica, rayo, golpeados por objetos, cuerpos extraños, armas de fuego.
 

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