La señal de socorro más utilizada internacionalmente desde los
albores del siglo XX ––S O S––, encabeza estas notas dirigidas a
colocar en plano de atención que los accidentes figuran como la
principal causa de muerte de uno a 19 años de edad, y es una de las
más importantes en los primeros 12 meses de vida.
Por ello, la probabilidad de que en Cuba muera un niño sano es
consecuencia de este verdadero flagelo de nuestro tiempo.
Habría que consignar, aunque no constituya el objetivo central de
este trabajo, que los accidentes ocupan también el quinto lugar como
causa de fallecimiento en todas las edades, solo superados por las
enfermedades del corazón, las cerebrovasculares, los tumores
malignos y la influenza y neumonía.
Atendiendo a la enorme carga de sufrimiento humano que se deriva
del fallecimiento o discapacidad de un ser querido, e incluso por el
elevado costo económico que ello representa, los especialistas
consideran que la prevención de los accidentes debe ser considerada
una emergencia en salud pública y también social.
Datos preliminares suministrados por la Dirección Nacional de
Estadísticas del Ministerio de Salud Pública indican que, en los
primeros nueve meses del 2007, se registraron 198 fallecidos por
accidentes, lo que significa que cada 33 horas se perdió la vida de
un menor de 20 años.
Las principales causas de muerte se originan por las caídas, el
38% del total, y los del tránsito con un 27%. La suma de estas dos
causas totaliza el 65% de la mortalidad.
Les siguen en orden de importancia el ahogamiento y sumersión con
el 6,1%; cuerpos extraños, 3,4%; corriente eléctrica (niños
electrocutados), el 1,2%, y otros como la broncoaspiración
alimentaria, fuego, golpeados por objetos, aspiración, alcanzados
por rayos, envenenamiento accidental y por disparo de armas de
fuego.
Subrayemos que en el primer año de vida el mayor peligro de
accidentes reside en el colecho o cama familiar (cuando los niños
duermen con los padres corren el peligro de ser aplastados o
asfixiados por ellos); la obstrucción de las vías aéreas por
llevarse a la boca semillas, monedas, un alfiler, una cuenta de
collar; aspiración de alimentos cuando no se les acuesta de lado
después de tomar la leche, y por caídas desde alturas.
Una encuesta realizada durante un mes en hospitales de tres
provincias del país, para conocer el número de lesionados que acuden
a recibir asistencia médica, puso de manifiesto que de las 4 346
personas que sufrieron accidentes, un 44% ocurrieron en el propio
hogar como consecuencia de caídas, golpeados por objetos y
quemaduras.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido "como uno
de los pasos de mayor importancia para la prevención de accidentes"
la necesidad de vencer el sentido de fatalismo asociado a ellos. Por
tanto, es de vital importancia que las personas perciban que los
accidentes "no son eventos fortuitos imposibles de predecir", porque
es posible evitarlos si incrementamos nuestra percepción de los
riesgos prevalecientes en nuestro entorno.
Los esfuerzos para la prevención de los accidentes, como se
comprende, rebasan en mucho al sector de la salud y demandan, en
cuanto a niños y adolescentes se refiere, la máxima responsabilidad
familiar. Es criterio compartido que los accidentes "ni son tan
inevitables ni tan accidentales".
Un experto cubano en el tema, el Doctor en Ciencias Médicas
Francisco Valdés Lazo, pediatra especialista de la Dirección
Nacional Materno-Infantil del Ministerio de Salud Pública, sustenta
que para evitar accidentes se requiere tener en cuenta los
siguientes factores: previsión, tiempo y disciplina.
Y explica que la previsión se requiere para pensar y
hacerse sensible a los posibles peligros que acechan a los niños;
tiempo para vigilarlos; y disciplina, porque niños y
adolescentes deben aprender hasta dónde pueden llegar.
Desde 1995 nuestro país desarrolla un Programa Nacional de
Prevención de Accidentes, mediante acciones de promoción, protección
y recuperación, dirigido a los menores de 20 años, que ha
posibilitado una reducción en el número de defunciones.
El equipo de salud y los medios de difusión en sistemáticas
campañas, desempeñan un papel fundamental en la prevención de los
accidentes, para que la educación familiar y social se convierta en
una efectiva "vacuna" contra este flagelo que continúa segando vidas
en este siglo XXI.
CUBA:
PRINCIPALES CAUSAS DE MUERTE EN MENORES DE 20 AÑOS
|
Menores de 1 año
|
Broncoaspiración alimentaria, cuerpos
extraños, asfixia por colecho (dormir con los padres),
caídas, corriente eléctrica, ahogamiento y sumersión.
|
De 1 a 4 años Tránsito,
ahogamiento y sumersión, (preescolares) |
Tránsito, ahogamiento y sumersión,
(preescolares) envenenamientos, caídas, broncoaspiración
alimentaria, corriente eléctrica, quemaduras. |
De 5 a 14 años Tránsito,
ahogamiento y sumersión, golpeados (escolares)
|
Tránsito, ahogamiento y sumersión,
golpeados (escolares) por objetos, corriente eléctrica,
caídas, rayo, quemaduras. |
De 10 a 19 años Tránsito,
ahogamiento y sumersión, caídas, (adolescentes)
|
Tránsito, ahogamiento y sumersión,
caídas, (adolescentes) corriente eléctrica, rayo, golpeados
por objetos, cuerpos extraños, armas de fuego. |