"Se necesitan más doctores en las guerras". Así titulaba un
reporte de AP el hecho de que el ejército estadounidense anda en
apuros: le hace falta enviar más psiquiatras civiles al frente de
batalla, para complementar a miembros uniformados de los cuerpos de
salud mental. El problema es que le resulta difícil a las tropas
encontrar los cuidados médicos especializados en momentos en que la
violencia aumenta en Afganistán e Iraq.
Luego de varios años de conflicto, el mando encontró que más de
uno de cada cuatro de los efectivos que han repetido giras de
servicio a estas guerras dan positivo a afectaciones psíquicas como
la ansiedad, depresión y otros problemas; cada vez un número mayor
tiene problemas maritales, se ha incrementado la tasa de suicidios,
y disminuye la moral. "Ellos muestran los efectos de una guerra
prolongada", dijo el coronel Elsepth Ritchie, psiquiatra asesor del
cirujano general del ejército, el teniente general Eric Schoomaker.
Para la agencia noticiosa la recomendación de emplear
profesionales civiles para este servicio en el campo beligerante es
inusual, pero los contratistas están haciendo muchos otros trabajos
en Iraq, desde proveer seguridad hasta servicios alimentarios. Y los
"loqueros" para la Casa Blanca, ¿cuándo los van a enviar...? (SE)