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— El Buró Federal de Investigaciones (FBI) abusó de sus prerrogativas
para espiar a estadounidenses, en vez de orientar sus esfuerzos contra
extranjeros vinculados a actividades de inteligencia o terroristas,
destaca hoy The New York Times.
Según un informe del Departamento de Justicia citado por el diario,
el FBI hizo un uso extremo de ese privilegio de 2003 a 2006 amparado
por las llamadas "Cartas de Seguridad Nacional", documentadas muchas
veces de forma inadecuada.
De acuerdo con el reporte, de las miles de órdenes administrativas
emitidas para espiar, el 60 por ciento tenían como objetivo a
ciudadanos norteamericanos.
Oficialmente, para espiar a los estadounidenses las agencias de
inteligencia necesitan de una orden judicial, sin embargo, a través de
las "National Security Letters", el FBI tiene en sus manos la
posibilidad de investigar a cualquier persona sin el visto bueno de la
justicia.
Entre 2003 y 2006 se emitieron 200 mil cartas de seguridad, y según
el Inspector General del Departamento de Justicia, Glenn A. Fine,
fueron detectadas centenares de violaciones en el empleo de esos
documentos.
El funcionario aseguró que agentes del FBI recolectaron en muchos
casos más información que la permitida en las misivas.
Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el Congreso
flexibilizó las regulaciones para la emisión de las cartas de
seguridad, para las cuales sólo es necesario una certificación del FBI
de que los datos sobre ciudadanos son necesarios para una
investigación relacionada con terrorismo o espionaje.
Tal prerrogativa desató un aumento en la emisión de ese tipo de
documento, que permite también solicitar información a compañías de
telecomunicaciones.
Los datos incluyen las generales de una persona, mensajes
electrónicos, registros financieros y grabaciones de conversaciones
telefónicas, entre otros.