Irónicamente, la llamada campaña contra la censura en Internet
desencadenada por Reporteros Sin Frontera (RSF), habrá permitido a
la ONG radicada en París enseñar con claridad cómo manipula a la
prensa francesa y logra censurar a los que la critican.
Lejos de reportar la decisión del organismo internacional que
puso fin a su participación en la operación por falta de ética de
RSF, la mayoría de los grandes medios de comunicación de Francia
informan de la "condena" por la ONG de la "cobardía" de la UNESCO.
Los medios de comunicaciones de mayor importancia en Francia, se
encuentren todos vinculados a las llamadas grandes fortunas del país
o a grandes consorcios que apoyan financiariamente a Menard y, por
encima de todo, viven de la publicidad que les provea la
transnacional francesa Publicis, también patrocinadora asidua de RSF
y de su secretario vitalicio.
Típicamente, para el diario parisino Libération, la UNESCO
ha decidido "bruscamente" de retirar a RSF su patrocinio "sin dar
explicaciones", cuando un comunicado del organismo vinculado a la
ONU ha sido ampliamente difundido en Internet. Luego el diario
reporta textualmente ataques personales a Marcio Barbosa, director
general de la organización internacional, que la ONG acusa de
"cobardía" por haber "cedido" ante las presiones.
Los dos accionistas principales de Libération son el
banquero francés Edouard de Rothschild y el dueño italiano de La
Repubblica Carlo Caracciolo.
Pretendiendo defender la libertad de prensa, Ménard se ha
asociado siempre a los que más la amenazan: los grandes consorcios
de las comunicaciones. Ménard no ha dudado jamás en aceptar los
cheques del editor francés François Pinault, el multimillonario
Patrón de la FNAC, de Arnaud Lagardère, negociante de misiles y
una de las grandes fortunas de Francia y de Serge Dassault, mercader
de armas internacional.
TV5 Monde, la cadena televisiva francófona, ni se da la pena de
matizar. Transmite sobre su sitio web el comunicado integral de RSF
donde la decisión de la UNESCO recibe un tratamiento novelístico. El
organismo de la ONU tomó su decisión "en la noche" del día 11 de
marzo y "la justifica explicando" que la UNESCO dio su apoyo al
"principio" de tal causa pero no a sus "manifestaciones".
Dándose una vez más un estatuto que no tiene, RSF dice haber
informado el Ministerio francés de Exteriores, afirmando que el
sostén inicial de la UNESCO era el resultado de intervenciones
oficiales del gobierno galo "que no puede quedarse callado" ante tal
decisión que "le inflige una bofetada".
Hace tres meses, los trabajadores de TV5-Monde, denunciaron sin
exito la "gestion autocrata et opaca" de su patrón, François
Bonnemain, socio de la pandilla de Ménard.
Observadores señalan como, unas horas antes del anuncio, la ONG
parisina, vinculada por otra parte a redes de desinformación tan
potentes que la Sociedad Interamericana de Prensa, multiplicaba los
agradecimientos a la UNESCO por su apoyo indefectible.
Nadie en Paris, a pesar de la publicación por el organismo de la
ONU de un comunicado oficial, parece enterado que la UNESCO
suspendió su patrocinio a RSF tras la publicación, por parte de la
organización de Ménard, de "material relativo a una serie de estados
miembros sobre el cual no recibió información alguna y, por lo
tanto, no podía respaldar". Los textos de RSF, engañosamente
acompañados por el emblema de la UNESCO, parecían indicar el aval de
esta a la información presentada.
Muchos periódicos retomaron una nota de AFP bajo un mismo titulo
negativo: "Día para la libertad en Internet: la UNESCO hace marcha
atrás", donde se retoma la lista de países difamados por Ménard que
provocó la decisión.
RSF nunca tuvo la elemental decencia de presentar disculpas para
haber utilizado el logo de la prestigiosa organización internacional
por encima de su material propagandístico, ofensivo para varias
naciones, todas del tercer mundo.
Los comentarios denunciando a la actitud de RSF, por suerte, son
numerosos en la web cuya "libertad" pretende representar la
organización financiada en gran parte por sucursales del
Departamento de Estadio norteamericano y la propia CIA.
Kosenlared, el conocido sitio web alternativo español, comenta:
"El gobierno de Estados Unidos es responsable directo o indirecto de
la muerte de numerosos periodistas y reporteros en Iraq, entre ellos
un camarógrafo de la televisión española asesinado por el disparo de
un tanque norteamericano mientras estaba en la habitación de su
hotel en Bagdad: jamás RSF ha organizado boicots contra el turismo
que desea conocer Disneylandia u otros sitios de Estados Unidos,
como si ha intentado hacer, sin resultados, con el turismo que viaja
para bañarse en la playa de Varadero".
Maxime Vivas, el autor del recientemente publicado libro de
"La face cachée de Reporters sans frontières. De la CIA aux Faucons
du Pentagone" (Editions Aden) - que pronto publicara también en
Venezuela la editorial El perro y la Rana – recuerda como hace unos
días el Gobierno norteamericano clausuró los 80 sitios de un
turoperador británicoo que comercializa desde España viajes a Cuba.
Sin que RSF diga una sola palabra.
Vivas ironiza en un comentario para el sitio web
legrandsoir.infor: "Queda con RSF la complicidad de la casi
totalidad de la prensa francesa, la generosidad de los oligarcas que
la controlan, algunas oficinas pantallas de la CIA y las palabras
alentadores de los Colin Powell que, en el informe de la «
Commission for Assistance to a free Cuba « (de 458 paginas)
entregado à Bush en mayo del 2004, señala en cada pagina a las ONG y
solo cita una de ellas como ejemplo (ya en la pagina 20), el buen
alumno : Reporteros Sin Fronteras".
El bloqueo de la información que sufren los franceses en torno a
RSF es total: ningún órgano de prensa de este país reportó el 28 de
enero del 2007, como Robert Ménard visitó a Taiwan para recibir un
cheque del presidente taiwanes contra promesa de denigrar a China.
También se ignora que Ménard visitó a Miami el 19 de enero del 2004
para arreglar con grupos cubanoamericanos ultraderechistas las
campañas contra Cuba para las cuales recibe un importante
financiamiento de parte del gobierno norteamericano.