El manipulado concepto que se extiende hasta la actualidad
suscrito por una buena parte de historiadores, sociólogos y otros
expertos de que el esclavo no gana su libertad, sino que la agradece
al amo, fue científicamente cuestionado en el evento El Caribe
cuando se abolió la esclavitud, que hasta hoy viernes sesiona en
la Casa de las Américas, de la capital cubana.
Como parte del ciclo de estudios de Pensamiento Social Caribeño
que desarrolla el Centro de Estudios del Caribe de la citada
institución, tuvo lugar el panel Después de la abolición:
problemáticas socioculturales, a cargo de las doctoras Ana Cairo
y María del Carmen Barcias, y el doctor Eduardo Torres Cuevas,
quienes profundizaron en los procesos libertarios de los negros en
nuestra región vistos también desde la postura rebelde, cimarrona,
de esos hombres y mujeres "importados" de África.
"La libertad el esclavo la ganó en la lucha", fue, posiblemente,
el pensamiento esencial —que echa por tierra manidas corrientes
filosóficas pequeño burguesas— expuesto por los investigadores,
quienes introdujeron la reflexión sobre hechos decisivos ocurridos
en la región que lo demuestran, como fueron la Revolución Haitiana
que "crea una crisis de la concepción legal de la modernidad", a
juicio de Torres Cuevas, al explicar que ese sujeto-objeto-mercancía
puede dejar de constituir propiedad privada. De gran dimensión, esa
revuelta calificada por el estudioso como la revolución más
importante de Occidente ocurrida entre los siglos XVII al XIX.
Otros sucesos marcaron hitos en las luchas abolicionistas
—manejadas a su manera y conveniencias por la naciente burguesía de
la época—, citados por los investigadores, entre ellos en Cuba la
reprimida Conspiración de la Escalera o el salvaje asesinato del
negro Aponte, a quien le cortaron la cabeza para exhibirla como
amenaza para sus seguidores, precisamente por su proyecto social
progresista que concebía una sociedad igualitaria de negros y
blancos.
En el contexto de este debate también estuvieron las reflexiones
de la profesora de la Universidad de La Habana, Vilma Díaz y la
socióloga Bessie Griffith, de la Casa de las Américas, durante el
panel Valores de libertad y nociones de ciudadanía, relativo
a las islas de lengua inglesa: "Hablar sobre los valores de libertad
en la diáspora anglocaribeña es un intento por resaltar la cuestión
de cómo se fue libre culturalmente, cómo sobrevivieron estas
personas construyendo una identidad, autorreconociéndose,
diferenciándose del otro, enfrentándose a la reproducción de
discursos ideológicos tan fuertes como son el racismo y la
segregación", resaltó Griffith a una pregunta de Granma.
Se trata de enfoques etnoculturales que perduran hasta nuestros
días en una Latinoamérica donde pervive el discurso de raza superior
y raza inferior, civilización contra barbarie —introdujo en su
intervención Torres Cuevas—, como otra manera de racismo, del cual
no se exceptúa la discriminación contra las poblaciones indígenas
del continente.
Exclusiones que a partir del triunfo revolucionario de 1959 en
Cuba fueron abolidas legalmente, pero subyacen en algunas
mentalidades, según se consideró en el análisis.
Podría quedar abierta entonces, tal como planteó Ana Cairo, la
incisiva pregunta que Martí hizo en uno de sus escritos al abordar
el tema: "¿Casaría usted a su hija con un negro?" Cuestión, sin
dudas, que se incluye dentro del amplio discurso sociológico
vigente, pero que no debe simplificarse solo a esa, pienso.
Trasciende el enorme alcance que en cuanto a igualdades ya se la
logrado, aún con las carencias que subsisten.