LECTURAS

Cartografía de Miguel Barnet

MARILYN BOBES

Miguel Barnet, el singular autor de tanta prosa paradigmática ha preferido siempre pasar a la historia de la literatura por su poesía. Más allá de su consagración universal como el celebrado autor de la Biografía de un Cimarrón este gran escritor cubano se considera fundamentalmente un poeta y es por eso que la reciente aparición de su antología personal Itinerario inconcluso publicada por Ediciones Unión es para él un acontecimiento que sobrepasa cualquier regocijo provisional que pudiera ocasionarle la reedición de alguna otra de sus formidables obras en prosa.

Sé que lo complace que a sus novelas se les califique de poéticas. Pero yo prefiero decir que sus formidables ejercicios narrativos se transforman en poesía a partir de los cordones umbilicales que las atan con su quehacer lírico, ese que sus numerosos lectores podrán disfrutar en cronología reveladora a partir de este volumen presentado en la reciente Feria Internacional del Libro y que resulta, en mi opinión, la más completa de las selecciones realizadas de la poesía de quien es, por derecho de su creación, una de las voces más importantes y auténticas del panorama poético cubano entre finales del siglo XX y principios del XXI.

En el inteligente prólogo escrito por el italiano Gaetano Longo, a quien se debe la recopilación, se destaca cómo Miguel Barnet "con una visión de la poesía hecha de crítica, sentimiento, ironía y pasión, paso a paso, ha sabido expresar lo mejor de la cultura cubana". Y es por esas características y por el extraordinario poder de comunicación y sugestión que anima a cada uno de sus versos que Miguel es un poeta capaz de llegar a la inteligencia y a la emoción sin concesiones populistas pero con la convicción de que el hecho poético es, en última —y quizás también en primera— instancia un acto de comunicación.

No hay en esta extensa y abundante papelería innecesarios rebuscamientos ni complicada pedantería y, sin embargo, para cualquier receptor resulta indiscutible la presencia de una sólida y muy bien asimilada cultura manipulada en función de lo vital, como una singular apropiación que va a la esencia de cada cita, de todos esos rincones y ciudades del mundo visitadas y convertidas en lugares entrañables a través de una mirada aguda y trasmutada en sentimiento individual y colectivo a través de sorprendentes asociaciones y metáforas.

Miami, China, París o El Vedado: todos lugares diferentes, que revelan sus diferentes cualidades pero el poeta que los recorre no lo hace con el deslumbramiento del incauto turista ni el atesorador de paisajes sino con la mirada excepcional de quien dialoga con su entorno construyendo esa cartografía íntima por donde transita hacia la intemporalidad y la universalidad. En ellas se reconoce el ser humano, proceda de donde proceda, a través de un lenguaje repleto de complicidades y descubrimientos inesperados.

Poemas recogidos en cuadernos como Con pies de gato, Viendo mi vida pasar, Mapa del tiempo, Manuscritos inconclusos, Memorando, Poemas berlineses, Poemas chinos, Actas del Final, Cuaderno de París, Vestido de fantasma y veinte textos inéditos, permiten al lector seguir una ruta donde experiencia vital y profundidad filosófica viajan in crescendo a través de unas páginas siempre impregnadas de un optimismo realista que da cabida también a las dudas, las incertidumbres y los temores con una sinceridad valiente y desprejuiciada expresada con precisión y diafanidad en las estructuras y el lenguaje.

Calificar a esta poesía de conversacional sería reducirla al absurdo de las etiquetas. Miguel Barnet es un poeta ecléctico en la medida en que se vale de todos los recursos para hacer más luminosa su expresión. Quienes lo hemos escuchado improvisar sabemos que posee el don de ese poeta nato capaz de iluminar un concepto con la magia que le otorga su polisémica y singular apreciación de la realidad.

Descubridor de mundos a través de su perpetuo cuestionamiento ante lo que le rodee y se le presenta como lo real, Miguel Barnet es un inconforme ante las respuestas prefabricadas. Su constante develamiento de las apariencias en busca de las cosas esenciales lo convierten en una suerte de profeta en cuanto a las revelaciones que extrae de cada percepción, de cada acontecimiento, de cada estado emocional en el que se implica o ve implicarse a los otros.

Para los que buscan en la poesía belleza y conocimiento, inteligencia y autenticidad, Itinerario inconcluso se convertirá en un libro imprescindible donde la poesía, como afirma el autor, es un ejercicio vital y que nos ayudará a entender por qué Miguel Barnet es el indiscutible acreedor de premios como el Internacional de Poesía de Trieste 2005 y el Camaiore 2006 en cuyas ediciones precedentes había reconocido autores del calibre de Lawrence Ferlinghetti y Evgueni Evtushenko, entre otros.

Recomendamos pues la lectura de estos poemas que nos reconciliarán con el olvidado arte de acudir al receptor como supremo destinatario de las preocupaciones colectivas. Unos poemas donde lo que se dice y piensa está en función de esa imprescindible comunidad que desde el principio y hasta el fin de los tiempos forman el autor y el lector.

 

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