El conocido adagio de pasar de lo sublime a lo ridículo cabe
perfectamente al programa de constitución de fincas forestales
integrales en Guantánamo.
Cuando en el 2006 este territorio creó 30 de ellas, parecía que,
por fin, pues el programa comenzó en 1998, se había encontrado el
camino hacia la consagración de esas estructuras, básicas en la
protección, desarrollo y sostenibilidad de los bosques.
Se añadían a los resultados del 2006, como aspecto promisorio, las
46 nuevas fincas anunciadas para crearse en el 2007. En ese último
año, empero, solo se erigieron tres fincas en la provincia: una per
cápita en los municipios de Maisí, Imías y Baracoa, según datos
recogidos en el Grupo Empresarial de Agricultura de Montaña.
¿Por qué tan estrepitosa caída? Las autoridades forestales en
Guantánamo aseguran que las Unidades Municipales Inversionistas de la
Vivienda (UMIV) no aprobaron más que un puñado de casas para el
programa de finqueros forestales y sus familias.
Añaden que durante el 2007 la Agricultura en el territorio
construyó 429 nuevas casas (de 309 previstas), y que de ese total 51
fueron ejecutadas por fuerzas de las tres empresas forestales, las
que, sin embargo, no pudieron destinar más viviendas para fincas, al
no estar previstas para ese destino en el plan general de cada
municipio.
Visto así, Vivienda se presenta como el culpable, pero el análisis
imparcial del tema delata que faltó diálogo entre las partes y, sobre
todo, acometividad por los agricultores, en especial los forestales,
para solucionar el inconveniente.
No se justifica que para un programa priorizado por el país, como
el de constitución de fincas forestales integrales, un organismo que
construye cientos de casas (la Agricultura) no priorice o haga
priorizar en su plan de nuevas moradas las de los finqueros
forestales.
Estamos seguros que de haberse impuesto al Partido y al Gobierno en
la provincia del desacuerdo existente, este asunto hubiese tenido
solución y el resultado sería otro. El análisis de este tema en el
balance provincial de reforestación dejó claro que el problema es de
solución doméstica (aún persiste), pues otros territorios construyeron
las viviendas de los finqueros.
Si Vivienda y la Agricultura en la provincia se ponen de acuerdo, y
laboran unidas en esta tarea, en Guantánamo se pueden constituir hasta
cien fincas forestales en un año, necesarias para un territorio con
las segundas reservas boscosas mayores del país y considerables
tierras ociosas.