Hacia atrás, como el cangrejo

La constitución de fincas forestales Integrales en Guantánamo se detuvo

Jorge Luis Merencio Cautín

El conocido adagio de pasar de lo sublime a lo ridículo cabe perfectamente al programa de constitución de fincas forestales integrales en Guantánamo.

Cuando en el 2006 este territorio creó 30 de ellas, parecía que, por fin, pues el programa comenzó en 1998, se había encontrado el camino hacia la consagración de esas estructuras, básicas en la protección, desarrollo y sostenibilidad de los bosques.

Se añadían a los resultados del 2006, como aspecto promisorio, las 46 nuevas fincas anunciadas para crearse en el 2007. En ese último año, empero, solo se erigieron tres fincas en la provincia: una per cápita en los municipios de Maisí, Imías y Baracoa, según datos recogidos en el Grupo Empresarial de Agricultura de Montaña.

¿Por qué tan estrepitosa caída? Las autoridades forestales en Guantánamo aseguran que las Unidades Municipales Inversionistas de la Vivienda (UMIV) no aprobaron más que un puñado de casas para el programa de finqueros forestales y sus familias.

Añaden que durante el 2007 la Agricultura en el territorio construyó 429 nuevas casas (de 309 previstas), y que de ese total 51 fueron ejecutadas por fuerzas de las tres empresas forestales, las que, sin embargo, no pudieron destinar más viviendas para fincas, al no estar previstas para ese destino en el plan general de cada municipio.

Visto así, Vivienda se presenta como el culpable, pero el análisis imparcial del tema delata que faltó diálogo entre las partes y, sobre todo, acometividad por los agricultores, en especial los forestales, para solucionar el inconveniente.

No se justifica que para un programa priorizado por el país, como el de constitución de fincas forestales integrales, un organismo que construye cientos de casas (la Agricultura) no priorice o haga priorizar en su plan de nuevas moradas las de los finqueros forestales.

Estamos seguros que de haberse impuesto al Partido y al Gobierno en la provincia del desacuerdo existente, este asunto hubiese tenido solución y el resultado sería otro. El análisis de este tema en el balance provincial de reforestación dejó claro que el problema es de solución doméstica (aún persiste), pues otros territorios construyeron las viviendas de los finqueros.

Si Vivienda y la Agricultura en la provincia se ponen de acuerdo, y laboran unidas en esta tarea, en Guantánamo se pueden constituir hasta cien fincas forestales en un año, necesarias para un territorio con las segundas reservas boscosas mayores del país y considerables tierras ociosas.

 

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