"Green, green Grass of Home" (la verde, verde hierba del hogar) fue
la canción escogida por George W. Bush para su estreno mundial como
solista. En la cena anual que realiza el Club Gridiron, donde asiste
la flor y nata del poder de Washington, el presidente de Estados
Unidos dio la sorpresa. Ante un público de más de 600 personas entre
jueces del Tribunal Supremo, miembros del gobierno, legisladores y
afamados periodistas, por primera vez, Bush subió al escenario para
cantar al estilo country.
En la nueva adaptación de esta balada, que tuvo un sonado éxito
sobre todo en los sesenta, el mandatario habló de la añoranza por su
rancho de Crawford y por su perrito Barney, el terrier que desplazó
a Pluto. "Y allí para recibirme están mi mamá y mi papá, por el
camino veo y viene Barney, corazón de oro y aliento de miel; es
bueno tocar el pasto marrón, marrón de casa", cantó Bush "solo un
poco salido de tono", según diagnosticaron sus críticos.
El rey bufón también bromeó con sus súbditos al satirizar a
periodistas de la Casa Blanca, al vicepresidente Richard Cheney y a
su brazo derecho, la secretaria de Estado Condoleezza Rice.
"Porque están Condi y Dick, mi viejo compadre, hablándome de un
millonario saudí, pero pronto tocaré el pasto marrón, marrón de
casa", entonó.
"Esa vieja casa blanca está detrás de mí, nuevamente estoy libre
de preocupaciones, no me tengo que preocupar sobre la crisis de
Pyongyang. Por el camino veo, Dick Cheney está dando un paseo con
documentos que ha estado ocultando, es bueno tocar el pasto marrón,
marrón de casa¼ " y mientras el
estribillo iba en declive, los aplausos hacían más intensa la
ovación.
Al despedirse anticipadamente de la Casa Blanca, el inquilino de
la Oficina Oval y sus aliados dejaron otra memoria de su insensatez.
La única balada de George W. Bush, por supuesto, solo resaltó la
gran comedia que ha sido su gobierno. Las líneas de la tragedia las
ha cantado en la realidad, en su catastrófico mandato. (SE)