Expedición de fe

LETICIA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ

Foto:JORGE LUIS BAÑOSLunes, casi las tres de la tarde y cientos de hombres con trajes grises esperan el arribo de la ansiada expedición. El murmullo cede el paso a un silencio total. De frente al auditorio, el trovador, con la humildad por vestidura, se presenta. "Yo soy Silvio Rodríguez, uno más del grupo que en el año setenta comenzó esta travesía, llegamos con un espíritu fraterno pues ustedes también son parte de nuestro pueblo."

Comenzaba así un encuentro entre artistas cubanos y reclusos del Combinado del Este: dos horas que pararon el tiempo en la prisión y donde se volvieron cómplices la nostalgia y la fe. Una visita humilde, que a decir del escritor Reynaldo González, llegaba alejada de la altivez, y con el deseo de estrechar abrazos. Y fueron precisamente los libros quienes abrieron la primera ovación, un regalo de más de 300 títulos, entre ellos Cumbres borrascosas, de la Bronté, y Memorias de Adriano, de la Yourcernar.

Emblemáticas canciones como Créeme, Yolanda, El papalote, Tú mi delirio o Te amaré descubrieron miradas anhelantes entre los reclusos y sus familias. A bordo de la expedición, que prometió volver, iban Amaury Pérez, Vicente Feliú, Niurka González, Alexis Díaz, Sexto Sentido, Lester Hamlet y Ernesto Rancaño: donantes de fe a los que se le sumaron artistas del penal para juntar pinceles, notas y acordes.

Al final del viaje, Silvio Rodríguez, capitán del navío, fue declarado Hijo Adoptivo de Ciudad de La Habana, y sus tripulantes recibieron la Giraldilla de La Habana. Llegaba a buen puerto así, una expedición que recorrió las prisiones del oriente y centro del país para regar fe.

 

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