Una investigación científica sobre el empleo de micorrizas en la
siembra de tabaco registró excelentes resultados en la provincia
cubana de Las Tunas, a unos 670 kilómetros al este de La Habana.
El experimento consistió en la utilización de hongos que actúan
de forma coordinada en interfases suelo- raíz y forman las llamadas
micorrizas arbusculares, las cuales incrementan notablemente la
absorción de nutrientes por la planta.
En el caso de las condiciones de los suelos de la provincia de
Las Tunas no existían precisiones en cuanto a la influencia que
sobre el desarrollo del cultivo del tabaco ejerce este tipo de
biofertilizante, según dijo a la AIN la ingeniera Yudelki Velázquez
Cusidó, autora del estudio.
Esta experiencia se llevó a cabo en la Cooperativa de Créditos y
Servicios Orlando Canales, del municipio de Manatí, mediante el uso
de un área testigo en la que sólo se empleó la fertilización química
recomendada para el cultivo tabacalero y otra en la cual se combinó
ésta con las micorrizas.
Mediciones del tamaño de las plantas, los rendimientos por
hectárea y la calidad de la hoja, entre otras, dieron como resultado
la obtención de mayores producciones desde el punto de vista
cuantitativo y cualitativo, con un bajo costo agronómico.
Además de sus ventajas agrícolas, la extensión de esta práctica
hacia otras entidades de la provincia y el país resulta importante,
porque contribuye a ahorrar fertilizantes químicos en el cultivo del
tabaco, una de las principales ramas de la economía en la Isla.
Los biofertilizantes también son recomendables porque no
contaminan el manto freático, a las plantas y al medio ambiente en
general, como sucede con los abonos de origen industrial.