El
grito de ¡Patria o Muerte! identifica a la Revolución cubana como
bandera de combate, a lo largo de 48 años. Consigna irrenunciable,
ha sobrevivido casi medio siglo en respuesta a las amenazas de
agresión.
A las tres y diez de la tarde del 4 de marzo de 1960 ocurrió el
primer gran zarpazo imperialista contra la naciente Revolución
cubana. La Habana se estremeció con aquel sabotaje. El escenario de
la tragedia fue La Coubre, el vapor francés procedente de Bélgica.
Mientras descargaban granadas y municiones, se produjo la
explosión. A pesar de todo, nuestro pueblo avanzó hacia la zona
portuaria. Treinta minutos más tarde, otra explosión. El saldo fue
de casi un centenar de muertos y una cifra superior de heridos.
Al día siguiente, el pueblo acompañó el cortejo. Aquel momento
luctuoso se convirtió en viril reafirmación. Fidel alzó su voz y
expresó: "Ahora libertad quiere decir algo más todavía, libertad
quiere decir PATRIA, y la disyuntiva nuestra será: ¡PATRIA O
MUERTE!"