Pupilas de la frontera
Leticia Martínez
Hernández
En marzo de 1963 quedaron conformadas las Tropas Guardafronteras
cubanas (TGF). A 45 años de su fundación, hombres valientes
permanecen alertas sin importar el frío, el imponente sol o las
picaduras de insectos. En puestos fronterizos desde el Cabo de San
Antonio, en Pinar del Río, o Tortuguilla, en Guantánamo, conviven
frente al mar durante largos periodos de tiempo.
A
45 años de creadas, las Tropas Guardafronteras continúan alertas.
Con más de 5 000 kilómetros de línea costera y 4 000 cayos y
cayuelos, el entorno geográfico de Cuba dificulta y engrandece el
quehacer de las TGF. Súmese a ello la cercanía a territorios donde
resultan frecuentes el tráfico y consumo de drogas, e importantes
fenómenos asociados a la migración.
Ante estas circunstancias de riesgo, las tropas prestan especial
atención al enfrentamiento al narcotráfico, misiones de salvamento y
rescate, tráfico ilegal de personas, protección de la flora y la
fauna... aunque el motivo de creación de esta fuerza fue la
infiltración de agentes, la actividad de grupos
contrarrevolucionarios y los ataques de lanchas piratas.
Los
guardafronteras mantienen una constante vigilancia sobre las costas
cubanas.
En aquellas misiones de los momentos iniciales ofrecieron su vida
y se forjaron hombres comprometidos con la Patria, como Jesús
Fernández Rodríguez, asesinado a mansalva por contrarrevolucionarios
en Cayo Blanco, el 11 de junio de 1963 mientras cumplía con su
deber; y Orlando Pantoja, primer jefe de Guardafronteras, recordado
aún por la entereza y disciplina con que cumplió el mando asignado.
Más de cuatro décadas después, cambian los escenarios, las
misiones y los héroes; sin embargo, perdura la entrega de los
primeros años.
ESCUELA DE VALIENTES
Situado en la oriental provincia de Santiago de Cuba, el Centro
de Preparación Capitán Orlando Pantoja Tamayo ya cumplió siete años
de fundado. La escuela celebra el aniversario 45 de las TGF con más
de 1 200 estudiantes graduados de todo el país.
El
Ministro del Interior recorrió las embarcaciones ancladas en el
Destacamento Habana de la Dirección de TGF.
Su director, el teniente coronel Jorge Palmeiro, quien ha
dedicado 36 años de su vida a la salvaguarda de la frontera, explica
que el centro surgió ante la necesidad de formar cuadros bien
preparados para enfrentar el cada vez más complicado mundo del
narcotráfico y tráfico ilegal de personas.
Desde Cayo Saetía, en Holguín, llegó Alexei González Camacho al
Centro de Preparación. Siguiendo los pasos de su hermano decidió
inclinarse también por esta especialidad del Ministerio del
Interior.
Una de las experiencias más enriquecedoras de su vida como
militar, la tuvo durante el rescate de dos personas que flotaban en
el mar. Entonces, el estado crítico de las quemaduras hacía peligrar
sus vidas; luego, el agradecimiento de los náufragos y el de las
familias lo impulsaron a continuar custodiando las costas cubanas.
Aún bajo el rigor del estudio y los estrictos horarios de la
escuela, para Alexei es un privilegio contarse entre sus alumnos.
Aquí tenemos laboratorios de computación y de inglés; cada aula
cuenta con un televisor, video, mapas geográficos y toda la técnica
necesaria para ejercitar lo aprendido en las clases, comenta.
ENTRE BASTIDORES
Cuando se habla de los guardafronteras y sus hazañas, muy pocas
veces se menciona el trabajo que desde hace 31 años desempeña Israel
López Castro. Detrás de cada misión cumplida, hombres como él
también se regocijan. Su contribución como mecánico de los talleres
del Destacamento Habana de la Dirección de TGF ha permitido que la
flota se mantenga funcionando.
Los años del periodo especial fueron muy difíciles. Tuvimos que
poner a prueba todo nuestro ingenio en la confección de piezas de
repuesto. Pero los nuevos tiempos son aún más complejos; cada vez se
construyen embarcaciones más sofisticadas, y hay que superarse
constantemente, dice Israel.
Mi mayor satisfacción es tener listo el motor cuando se necesita.
Hemos cumplido con el deber y festejamos también este aniversario,
desde otro frente pero defendiendo lo mismo, agrega.
Así, desde las costas, puestos fronterizos, medios navales,
capitanías de puertos, talleres o aulas, las Tropas Guardafronteras
de Cuba cumplen 45 años, siempre en la primera línea de combate.
Razones suficientes entonces para el homenaje en tierra firme,
esta vez, en el Destacamento Habana, donde junto al general de
cuerpo de ejército Abelardo Colomé Ibarra, ministro del Interior, se
juntaron varias generaciones de guardafronteras y familiares de sus
mártires, toda una conjugación de historia y presente de quienes,
por décadas, han sido insomnes centinelas de la Patria. |