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Los votantes demócratas continúan hoy sin saber quién será el
candidato de su partido a la presidencia de Estados Unidos, incógnita
que al parecer perdurará varia semanas.
Tras las elecciones primarias de este martes, las victorias de la
ex primera dama Hillary Clinton frente al senador Barack Obama en
Ohio, Texas y Rhode Island tornaron más reñida aún la disputa en las
filas del partido opositor.
En el bando republicano, sin embargo, el senador John McCain barrió
en esos tres estados, así como Vermont, escenarios donde completó el
número de delegados que necesita para ser nominado por la convención
nacional de su agrupación.
Mientras McCain saborea triunfos y pone en marcha con el apoyo de
la cúpula republicana su ofensiva publicitaria para la contienda por
la oficina oval, Clinton y Obama desatan la cacería de votos en una
decena de estados que aún faltan por realizar sus comicios primarios.
Según el portal especializado "Real Clear Politics", antes de las
primarias de este martes, Obama tenía a su favor mil 389 delegados
para la Convención Nacional del partido, mientras que Clinton mil 279.
Para ser postulado a la presidencia de Estados Unidos, un político
demócrata necesita tener a su favor al menos dos mil 25 delegados en
la convención nacional, prevista para agosto, en Denver, Colorado.
En la jornada de este martes, ninguno de los dos contendientes pudo
llegar a la cifra requerida, ya que sólo estuvieron en juego 444 voces
para el foro partidista. La cifra comisionados que cada contendiente
ganó la víspera aún no está definida.
La batalla entre Clinton y Obama continuará el sábado en Wyoming,
luego en Mississippi el 11 de marzo y en Pennsylvania el 22 de abril,
esta última considerada el premio mayor entre los comicios primarios
que restan, ya que aporta 188 delegados a la convención nacional.
En mayo están previstos comicios en Indiana, Carolina del Norte,
Virginia Occidental, kentucky y Oregón, mientras que en junio la
disputa se propaga a Dakota del Sur y Montana.
A diferencia de los republicanos que aplican el principio "winner
takes-all" (el ganador se lo lleva todo), los demócratas utilizan una
compleja fórmula para distribuir a los delegados, sobre la base de los
porcentajes obtenidos por cada precandidato en las urnas.
Además de los representantes recibidos gracias al voto popular, el
partido utiliza los llamados superdelegados, en su mayoría líderes
locales de la organización que otorgan su voto a uno u otro aspirante
a tono con sus intereses personales o en sintonía con la cúpula de la
agrupación.
Hasta el martes, Obama aventajaba a Clinton en el número de
delegados obtenidos en las urnas, sin embargo permanecía por debajo en
la cifra de superdelegados.
El diario The Washington Post informó en días recientes que uno de
esos comisionados, Harold Ickes, quien mantiene una larga amistad con
la familia Clinton, recibió en su empresa contratos por unos 125 mil
dólares producto de la campaña presidencial de la ex primera dama.
A causa de lo pareja que se ha tornado la contienda en el número de
delegados obtenidos por voto popular, todo indica que la designación
del candidato demócrata quedará en manos de los superdelegados, donde
la balanza podría inclinarse a la senadora.