Existe mucho contraste en la capacidad de respuesta de los países
caribeños a los desastres naturales. Ante ese problema el mayor reto
es lograr la interrelación entre todos, aprender uno de los otros y
buscar alternativas eficaces para la ayuda mutua, expresó a
Granma, Karen Bernard, directora del Programa de Iniciativa
Caribeña de Manejo de Riesgos (CRMI).
La constante actividad ciclónica en la región y la presencia de
muchas y pequeñas islas, donde alrededor del 80% de sus habitantes
viven aproximadamente a un kilómetro de las costas, hacen del área
caribeña una de las de mayor riesgo de sufrir catástrofes en el
mundo, agregó.
El Taller Técnico Regional, que sesionó durante cinco días en el
Hotel Palco con la presencia de delegados de 16 países del área,
permitió a los participantes conocer de manera integral el sistema
cubano para la reducción de riesgos. Ahora cada uno de ellos podrá
adaptar las experiencias cubanas a sus países teniendo en cuenta las
características particulares de cada uno, puntualizó la directora
del CRMI.
Dagmar González, directora de Organismos Económicos
Internacionales del Ministerio para la Inversión Extranjera y la
Colaboración Económica (MINVEC), señaló durante la clausura que el
deficiente manejo del medio ambiente nos está conduciendo al
incremento de la ocurrencia de cataclismos como consecuencia del
calentamiento global, la desertificación, la degradación de los
suelos y salinización. Los gestores de la reducción de desastres
debemos revertir ese mal.
Los eventos naturales no pueden evitarse, pero la cohesión entre
los países caribeños puede contribuir a reducir los daños. Nos
asiste el propósito de prevenir, preparar, divulgar y orientar para
reducir los desastres a su mínima expresión, precisó.