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— Apegado a la fórmula del consenso como signo de diversidad y
cohesión al mismo tiempo, el Movimiento de Países No Alineados (NOAL)
presentó aquí un balance de su labor bajo la presidencia rotativa de
Cuba.
Luego de una reunión la víspera de los NOAL, capítulo Ginebra, la
representación cubana encabezada por su canciller, Felipe Pérez
Roque, circuló en esta sede alterna de Naciones Unidas un enjundioso
documento que resume las actividades del grupo.
El texto, que recibió el unánime espaldarazo de embajadores y
delegados de los 118 integrantes de la concertación, aborda la
participación e incidencia de los países en vías de desarrollo en
los principales escenarios internacionales.
Entre ellos destaca el protagonismo en el nuevo Consejo de
Derechos Humanos (CDH) de ONU, en el cual el Movimiento influyó de
forma decisiva en llevar a vías de hecho el proceso de construcción
institucional del organismo.
Asimismo, los NOAL denunciaron reiteradamente en el CDH la
continua violación de los derechos fundamentales de la población en
los territorios palestinos y árabes ocupados por Israel, y
repudiaron medidas coercitivas unilaterales.
En su intervención ayer, Pérez Roque resaltó que entre las
fortalezas del grupo está el hecho de constituir las dos terceras
partes de la Asamblea General de ONU y de que 29 de los 47 miembros
del CDH procedan de sus filas.
A raíz de la celebración aquí en 2007 de la Conferencia
Internacional del Trabajo, los NOAL adoptaron dos acuerdos acerca de
la ampliación de la composición del Comité de Libertad Sindical y
sobre los métodos de la Comisión de Aplicación de Normas.
De otro lado, jugó un activo papel en la Conferencia de Revisión
de los Estados Partes en la Convención de Armas Biológicas de
Ginebra, además de su participación en diferentes foros relacionados
con el desarme.
Igualmente, en ocasión de la asamblea de la Organización Mundial
de la Salud en esta ciudad suiza en mayo del pasado año, los
titulares del ramo de los NOAL tuvieron su primer encuentro.
Migración y formación de personal sanitario, y enfermedades que
afectan de manera desproporcionada a los países en desarrollo, se
vislumbran como futuros acuerdos de los ministros de Salud que
volverán a reunirse en Ginebra en mayo venidero.