¡Aunque
lo juega casi a diario, yo no sé si Laura dará la talla en el
tenis!, dudaba aquel padre, ansioso porque alguien le ofreciera una
opinión que le permitiera trocar su incertidumbre en certeza.
El proceso de ingreso a las diferentes escuelas del sistema de
enseñanza deportiva del país es el momento más importante en el
largo camino a recorrer por un atleta en pos de la excelencia, por
ello es preciso elevar la calidad de la matrícula.
A partir de algunas preocupaciones expresadas por los padres de
muchachos que desean entrar a las Escuelas de Iniciación Deportiva
Escolar (EIDE), conversamos con René Pérez, director de alto
rendimiento del INDER.
—¿Cuál es la vía para ingresar al sistema de enseñanza deportiva?
La escuela comunitaria es la célula básica del alto rendimiento.
El profesor de Educación Física debe aplicar las pruebas de
eficiencia, de acuerdo con las diferentes edades, y quienes se
destaquen han de pasar a áreas deportivas, escalón inicial en la
selección de talentos. Ahí deben participar en distintas
competencias para desarrollar capacidades generales antes de entrar
a la EIDE, adonde deben llegar aprobados por una comisión de ingreso
que la encabeza el director del centro, nunca gracias a una decisión
personal.
—¿Y si a un niño no le hacen las pruebas de aptitud?
Es obligatorio realizarles a todos los alumnos las pruebas, como
única forma de saber quiénes poseen condiciones. Si ese requisito no
se cumpliera con alguno, sus padres están en el derecho de, en
primer lugar, dirigirse al profesor de Educación Física para
averiguar qué sucedió. También pueden ir a la Dirección municipal de
Deportes y solicitar que un técnico lo evalúe, o acudir a la EIDE y
ver a su director, quien como máxima autoridad de la comisión de
ingreso tiene la potestad de indicarle a un entrenador que le
realice el examen. Estos pasos han de darse hasta el mes de mayo,
cuando cierra el proceso de análisis de quiénes serán las posibles
bajas, los continuantes y los nuevos ingresos.
—Se ha criticado que a las EIDE han entrado muchachos sin
perspectivas...
Es cierto, aunque después de un recorrido que efectuara la
dirección del INDER por el país se inició un análisis para exigir
una mayor calidad en los ingresos. Hoy ha disminuido de manera
considerable la cantidad de atletas sin perspectivas y el objetivo
final es reducir esa cifra a cero, de manera que solo entren y se
mantengan los que posean talento.
—¿Por cuánto tiempo es válida la matrícula en los distintos
niveles de los centros del alto rendimiento?
La matrícula es por un curso escolar en las 17 EIDE y las 14 ESPA
existentes, también en el Cerro Pelado y la Giraldo Córdova Cardín,
en estas dos últimas se hallan las principales figuras juveniles y
mayores. Entre abril y mayo se determina, por su rendimiento
integral, la permanencia del estudiante teniendo en cuenta los
aspectos docente, deportivo, médico, social, y su formación
político-ideológica. Si concluida esa valoración alguien causara
baja, es nuestra obligación garantizarle la continuidad de sus
estudios.
—Después de practicar una disciplina durante uno o más cursos,
¿es posible cambiar para otra?
Sí, como no. Por ejemplo, Alberto Juantorena inicialmente era
baloncestista, y Félix Savón estuvo en remo. El cambio es posible,
sin esperar a que concluya el curso, siempre y cuando el alumno
reúna las condiciones, porque ya ha adquirido una formación general
y esa experiencia no debe desestimarse.
—¿Qué cantidad de años se necesita para formar a un atleta?
Hace falta alrededor de un decenio. La edad promedio de los que
competirán en los Juegos de Beijing está en el entorno de 24-25
años. Ya trabajamos con los que nos representarán en los próximos
tres ciclos olímpicos, esos hoy tienen 12-13, y quienes tomarán las
banderas más adelante ahora se encuentran en el rango de 5 y 9.
Nuestra población tiende a envejecer y ha bajado el índice de
natalidad. En Cuba hay, aproximadamente, 750 000 niños de 10 a 14
años y otros 650 000 entre 5-9, a todos ellos debemos evaluarlos
pues en estos grupos están los talentos. En esa labor tendremos
éxito si aplicamos con rigurosidad los principios de la selección,
la única vía para evitar errores, y así captar para el sistema de
enseñanza deportiva solo a quienes cumplan con las exigencias.