.— Un tribunal argentino comenzará a
juzgar hoy a un militar retirado y a un matrimonio de civiles acusados
de sustracción de menor, falsificación de documento público y
supresión de identidad de María Eugenia Sampallo.
Este caso es parte de acciones emprendidas durante la última
dictadura castrense (1976-83), cuando organismos humanitarios estiman
en unos 450 los hijos de desaparecidos robados a sus padres.
Sampallo, ahora con 30 años de edad, integra la lista de los 88
jóvenes a quienes las Abuelas de Plaza de Mayo lograron restituirle su
identidad.
En esta ocasión, por vez primera una de las víctimas se presenta
como querellante de sus padres adoptivos.
Hija de los desaparecidos Mirta Barragán y Leonardo Sampallo, la
joven fue inscrita el 8 de mayo de 1978 como propia del matrimonio
compuesto por Osvaldo Rivas y María Cristina Gómez, con el nombre de
María Eugenia Violeta Rivas.
Según el abogado de los derechos humanos Tomás Ojea Martínez, en el
juicio se intentará demostrar que el ex capitán del Ejército Enrique
Berthier fue quien entregó la niña a la pareja, después de haberla
retenido durante un tiempo.
La identidad de Sampallo comenzó a revelarse cuando a mediados de
2000, y ante dudas sobre su origen, se acercó a la Comisión Nacional
por el Derecho a la Identidad y luego a las Abuelas de Plaza de Mayo.
Al año siguiente los resultados genéticos revelaron que era hija de
Barragán y cuando meses después se obtuvieron muestras de los hermanos
de Sampallo se confirmó la filiación paterna.
Berthier permanece detenido en un predio militar de las afueras de
Buenos Aires, mientras el matrimonio Rivas-Gómez se encuentra en
libertad.