Peón da jaque mate

MICHEL HERNÁNDEZ
michelher@granma.cip.cu

Foto: YORDANKA ALMAGUERMercedes Peón es una muestra de las maravillas que se dan en tierras de Galicia. Su historia comienza cuando decidió correr el destino durante diez años de las aldeas de su región para recoger la herencia oral y los sentimientos de sus habitantes. Y para procesar todo lo que veían sus ojos y calmar el hambre de su corazón, encontró en este viaje hacia ella misma los caminos de la libertad que la llevaron a convertirse en una de las más tenaces intérpretes y promotoras de la riqueza cultural de su comunidad.

Esta cantante y gaitera llegó a la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, donde encontró el cálido abrazo de un público tan atento y familiar que la llevó rápidamente de vuelta a Galicia.

Su música, tránsito entre tradición y modernidad, fue un bálsamo para calmar la sed de novedades sonoras del público allí presente, algo que pudiera parecer extraordinario si se tiene en cuenta que los medios de difusión en Cuba (salvo excepciones cogidas con pinzas) no traen noticias frescas de la trayectoria de este tipo de intérpretes que toman distancia de las pantallas de las grandes cadenas occidentales y de la agenda predeterminada de la "cultura" MTV.

Durante más de una hora Mercedes Peón, entre las grandes sorpresas que sacó Galicia de debajo de la manga para corresponder a la invitación cursada por Cuba a la Feria del Libro, extendió las ramas de folclore gallego combinado con aires celtas y ritmos electrónicos, fundamentando el porqué descansa en la "primera división galega" y en las posiciones cimeras de la llamada World Music.

Si bien el abierto entramado sonoro de esta artista transitó todo el tiempo por territorios habitados por la destreza y la transparencia de una banda en la que cada músico "competía" por colarse en los planos estelares de la tarde-noche, el concierto alcanzó su máximo de potencia y temperatura cuando la Peón trajo al dios del reggae Bob Marley, junto a su himno No woman no cry, dando señales de su visión universal.

De ese modo cerró un recital que ya suma puntos para entrar en la categoría de los "grandes descubrimientos" y merece repetirse en este lado del mundo.

 

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