Mercedes
Peón es una muestra de las maravillas que se dan en tierras de
Galicia. Su historia comienza cuando decidió correr el destino
durante diez años de las aldeas de su región para recoger la
herencia oral y los sentimientos de sus habitantes. Y para procesar
todo lo que veían sus ojos y calmar el hambre de su corazón,
encontró en este viaje hacia ella misma los caminos de la libertad
que la llevaron a convertirse en una de las más tenaces intérpretes
y promotoras de la riqueza cultural de su comunidad.
Esta cantante y gaitera llegó a la Fortaleza de San Carlos de La
Cabaña, donde encontró el cálido abrazo de un público tan atento y
familiar que la llevó rápidamente de vuelta a Galicia.
Su música, tránsito entre tradición y modernidad, fue un bálsamo
para calmar la sed de novedades sonoras del público allí presente,
algo que pudiera parecer extraordinario si se tiene en cuenta que
los medios de difusión en Cuba (salvo excepciones cogidas con
pinzas) no traen noticias frescas de la trayectoria de este tipo de
intérpretes que toman distancia de las pantallas de las grandes
cadenas occidentales y de la agenda predeterminada de la "cultura"
MTV.
Durante más de una hora Mercedes Peón, entre las grandes
sorpresas que sacó Galicia de debajo de la manga para corresponder a
la invitación cursada por Cuba a la Feria del Libro, extendió las
ramas de folclore gallego combinado con aires celtas y ritmos
electrónicos, fundamentando el porqué descansa en la "primera
división galega" y en las posiciones cimeras de la llamada World
Music.
Si bien el abierto entramado sonoro de esta artista transitó todo
el tiempo por territorios habitados por la destreza y la
transparencia de una banda en la que cada músico "competía" por
colarse en los planos estelares de la tarde-noche, el concierto
alcanzó su máximo de potencia y temperatura cuando la Peón trajo al
dios del reggae Bob Marley, junto a su himno No woman no cry,
dando señales de su visión universal.
De ese modo cerró un recital que ya suma puntos para entrar en la
categoría de los "grandes descubrimientos" y merece repetirse en
este lado del mundo.