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Año nuevo lunar en tierra caribeña
Leticia Martínez Hernández
Doce campanadas anuncian la llegada del nuevo día. Fuegos
artificiales rompen la quietud del ocaso. Aplausos y augurios de
prosperidad reciben, este 7 de febrero, el año nuevo lunar chino. El
escenario de la milenaria celebración: la ciudad Tarará, a orillas
del mar Caribe.
En
la gala cultural convergieron las más típicas tradiciones chinas y
cubanas.
Yin Ping, o mejor Ailén, como la llaman desde su arribo a la
Isla, no ha tenido tiempo para sentarse a descansar. Desde temprano,
junto a sus compañeros de clase, adorna la escuela y ensaya con
cuidado cada palabra del poema que recitará en idioma español en la
gala por la fiesta de la primavera.
Y a pesar de añorar a su familia, confiesa sentirse feliz, pues a
miles de kilómetros de su tierra comparte con otros 979 estudiantes
chinos una de las celebraciones más importantes de su cultura. Pero
esta vez con una característica diferente: el calor de la tierra
cubana que les abrió las puertas para el estudio de la lengua de Don
Miguel de Cervantes.
Los
estudiantes chinos celebraron el advenimiento del nuevo año lunar.
Por esa razón entre óperas, poemas y bailes tradicionales
intercalan pasos de chachachá y acordes de boleros. La gala resulta
colofón para todo un día de festividades donde, junto a sus
profesores, recibieron el año 4706 según el calendario lunar, y
dieron la bienvenida al Año de la Rata, primero del zodíaco oriental
de 12 años. Zhao Rongxian, embajador de la República Popular China
en Cuba, también compartió con ellos.
Los fuegos artificiales a medianoche conquistaron la mirada de
cada de uno de los presentes en la plaza de Tarará. El color rojo y
el estruendo inundaron el lugar. Según narra una leyenda china, Nián,
una bestia que vive en las montañas o debajo del mar, comía personas
en la víspera del Año Nuevo. Se cree que a Nián no le gusta el rojo
y le tiene miedo a los ruidos fuertes. De ahí que en la ceremonia se
lancen voladores y predomine el primer color del espectro solar.
Nada quedó por hacer en la escuela, hasta la comida típica y
última cena del año con frutas, pescados, vegetales y los
tradicionales ravioles chinos fue preparada y degustada por los
estudiantes.
Así la fría nevada que azota a mi país se ha vuelto más cálida
entre ustedes por eso mi deseo de felicidad para todos en este nuevo
año lunar, expresó Yin Ping subiendo las escaleras de la tribuna. Ya
tocaba su turno para actuar en la gala por la fiesta de la
primavera.
Tradiciones chinas
El festival del año nuevo lunar chino es una de las fiestas más
significativas para el pueblo asiático. El acontecimiento no solo se
festeja en el país más poblado del mundo, con más de 1 300 millones
de habitantes, sino además en cientos de ciudades de todo el mundo.
El sistema chino de la astrología está basado en ciclos de 60
años, regidos por animales: la rata, el buey, el tigre, el conejo,
el dragón, la serpiente, el caballo, el mono, el gallo, el perro, el
carnero y el cerdo, y los cinco elementos básicos: metal, madera,
fuego, agua y tierra. Para los chinos, el año comienza con la
primera luna nueva del año solar y los festejos culminan 15 días
después, con la luna llena. Durante las celebraciones cuelgan
alrededor de la casa rollos y cuadros de papel escritos con
bendiciones y palabras de buen augurio, como "buena suerte",
"riqueza" y "longevidad".
En la víspera del año nuevo, los miembros de la familia retornan
al hogar y comparten la última cena del año. Oportunidad especial
para rendir homenaje a los antepasados y presentar el respeto de los
jóvenes a los ancianos de la familia. Las danzas del dragón y del
león engalanan también los festejos, se considera que las cabezas de
las temibles bestias y los ágiles movimientos de los danzantes
ahuyentan el mal.
Durante este tiempo de fiestas se registra el mayor pico de
desplazamientos humanos del mundo. El año pasado se produjeron 2 000
millones de desplazamientos, es decir, unos 700 millones de viajes
más que la población total con la que cuenta el país asiático.
Los tiempos modernos han transformado muchas de las tradiciones.
Sin embargo, más allá de los cambios, la reunión familiar se
mantiene como lo más importante en celebraciones del Año Nuevo
chino.
Desde Beijing y Victoria hasta Madrid, Nueva York, Buenos Aires y
La Habana, millones de chinos recibieron el nuevo año. En la ciudad
Tarará, la añoranza y preocupación por la fuerte nevada cedieron
paso a festejos donde convergieron las más típicas tradiciones
chinas y cubanas. |