. — Las frágiles gestiones en
busca de un arreglo negociado que ponga fin a la violencia en la
provincia sudanesa de Darfur parecen encontrarse hoy a merced de las
tensiones desatadas por la crisis en la vecina Chad.
Autoridades de la ONU han reaccionado con grave preocupación ante
insistentes reportes sobre la ayuda de Sudán a la ofensiva rebelde
contra el gobierno del Chad, así como de acciones de los insurgentes
en Darfur a favor de las autoridades en Yamena.
"La continuación de estas tensiones entre Chad y Sudán tiene
consecuencias perjudiciales para el proceso político en Darfur",
declaró hoy ante el Consejo de Seguridad el enviado especial de la ONU
a cargo de esas gestiones, Jan Eliasson.
De acuerdo con el veterano diplomático sueco, el presente estado de
tensiones en las relaciones entre Chad y Sudán se ha sumado a otras
dificultades como el deterioro de la situación en Darfur y el desgano
de los grupos rebeldes a negociar con Jartum.
Por estos motivos, Eliasson recomendó descartar la convocatoria de
una reunión del movimiento rebelde en Darfur preparatoria de
conversaciones directas con el gobierno sudanés porque por el momento
sería "muy prematuro".
"Los movimientos insurgentes en Darfur todavía no están preparados
para discutir sobre asuntos sustanciales por lo que las perspectivas
de un pronto acuerdo sobre una posición común y un equipo negociador
parecen aún sombrías", dijo el diplomático sueco.
El Enviado Especial de la ONU destacó en su declaración ante el
Consejo de Seguridad que el deterioro de la situación en Darfur y en
la región "también merecen ahora esfuerzos intensos de la comunidad
internacional para aliviar las tensiones prevalecientes".
"Sin una relación de confianza y cooperación entre Chad y Sudán
será difícil lograr la paz para el pueblo de Darfur", advirtió
Eliasson.
Por su parte, el subsecretario general de la ONU para las
Operaciones de Mantenimiento de la Paz, Jean-Marie Guehénno, dijo que
la mayor parte del territorio occidental de Darfur, fronterizo con
Chad, permanece inaccesible para las organizaciones humanitarias.
Según Guehénno, la creciente hostilidad entre los grupos armados
del Movimiento de Justicia e Igualdad (MJI) y tropas del gobierno
sudanés se ha agravado desde el estallido de la violencia en la vecina
Chad.
Para el alto funcionario de la ONU, lo más preocupante en el
escenario de violencia en Darfur son las dificultades que están
entorpeciendo el despliegue de la misión conjunta con la Unión
Africana (UA) para restablecer la seguridad en esa provincia.
Esa misión conjunta, conocida como la UNAMID, solo tiene sobre el
terreno a unos 10 mil de los 26 mil efectivos previstos, además de
carecer aún de equipamiento critico para sus operaciones como
helicópteros y transporte terrestre.
La misión de esas fuerzas es la de proteger a la población, imponer
el cese al fuego entre los partes rivales y asegurar el abastecimiento
de la ayuda humanitaria para mas de dos millones de desplazados por la
violencia.
"Pero si la UNAMID no es capaz de responder a las altas
expectativas de la población de Darfur, lo preocupante es que corremos
el riesgo de perder su confianza", advirtió Guehénno.