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Los aspirantes demócratas a la Casa Blanca, Hillary Clinton y Barack
Obama, se verán frente a frente en dos debates televisados, disputas
enfiladas evidentemente a los electorados de Ohio y Texas, claves en
el epílogo de la contienda.
En esos territorios, cuyos comicios primarios están previstos para
el 4 de marzo, pudiera quedar definido el candidato del partido
opositor a la oficina oval.
Clinton y Obama mantienen una cerrada lucha por el número de
delegados comprometidos para la Convención Nacional de la organización
en agosto próximo en Denver, Colorado, donde será postulado
oficialmente el pretendiente demócrata.
Los delegados son asignados estado por estado, en correspondencia
con el escrutinio de las elecciones primarias en cada territorio.
Hasta el momento, la diferencia entre los dos senadores en cuanto
al número de delegados es mínima, de ahí la importancia que adquieren
Ohio y Texas, que en conjunto destinan 334 comisionados a la
convención.
Para ser electo candidato, un demócrata necesita al menos dos mil
25 delegados en el cónclave nacional.
Clinton aspiraba a sostener tres debates con Obama antes de la
convención, sin embargo el senador afro-americano aceptó participar
sólo en dos.
El primer careo televisado será el 26 de febrero en Ohio, la fecha
del segundo aún está por definir.
A este nuevo encuentro, los aspirantes llegarán con los ánimos
caldeados, luego de fuertes encontronazos en debates anteriores.
Previo a los comicios de Carolina del Sur a fines de enero, los
políticos sostuvieron un encuentro en el cual Obama reaccionó ante los
ataques del ex presidente William Clinton, asociados a la postura de
su esposa.
Por su parte, Hillary arremetió contra el senador por elogiar al ex
presidente republicano Ronald Reagan.
Algunos analistas coinciden en que la lucha entre los aspirantes es
la más reñida en décadas y amenaza con extenderse, posibilidad que
causa temor a la cúpula del partido.
Ese riesgo llevó al presidente del Comité Nacional Demócrata,
Howard Dean, a abogar por un acuerdo entre Obama y Clinton.
En las filas republicanas, todo apunta a que el senador John McCain
será el candidato del partido, luego de la renuncia este jueves de uno
de los tres precandidatos, Mitt Romney.