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Los esfuerzos de Estados Unidos para mantener la ocupación militar de
Iraq y Afganistán debilitan su seguridad interna, admitió un estudio
del Congreso citado hoy por el diario The Washington Post.
Tenemos una brecha asombrosa que pone en peligro a la nación y sus
ciudadanos, reconoció el general retirado Arnold Punaro, presidente de
la comisión encargada de la investigación.
Según el experto, la Guardia Nacional y los reservistas del
Ejército carecen del personal, el entrenamiento y los pertrechos
bélicos requeridos para responder a catástrofes en territorio
estadounidense.
Un país sin retaguardia es vulnerable en lo militar y lo político,
señaló Punaro, al mencionar los cerca de 600 mil reservistas que han
estado en Iraq, Afganistán y otros países, como parte de las guerras
desatadas tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
El ex alto mando de los Marines recordó la lenta reacción del
Departamento de Defensa durante los desastres ocasionados por el
huracán Katrina, meteoro que en agosto de 2005 afectó varios estados
de la Unión.
En aquella ocasión, mientras el Katrina golpeaba Louisiana, unos
tres mil 700 efectivos de la Guardia Nacional de esa región se
encontraban desplegados en Iraq.
Las deficiencias en los cuerpos armados responsables de la primera
respuesta a las amenazas internas, son en la actualidad mucho más
graves que las encontradas por similar pesquisa en marzo del año
pasado, refleja el reporte del grupo de trabajo.
Agrega el documento que en aquel momento el 88 por ciento de las
unidades de la Guardia Nacional fueron calificadas de no listas para
cumplir sus misiones ante ataques con armas de destrucción masiva o
fenómenos naturales.
La comisión formada por 12 personas, la mayoría de ellas antiguas
integrantes del aparato bélico de Washington, emitió 95
recomendaciones al Pentágono y al Congreso.