Las Elecciones en Estados Unidos

Los candidatos pasan a la clasificatoria

Ramón Sánchez-Parodi Montoto*

Con las primarias del martes 29 en Florida concluyó la etapa "eliminatoria" (para usar un término deportivo) de la fase de nominación del candidato a la presidencia de Estados Unidos, por los partidos Demócrata y Repúblicano. Quedan sobre el terreno para la "clasificatoria" dos aspirantes demócratas (Hillary Clinton y Barack Obama) y dos republicanos (John McCain y Mitt Romney).

Giuliani y Edwards quedaron en el camino.

Los resultados de la Florida determinaron la retirada de la contienda de Rudolph Giuliani, quien ocupara la posición de puntero hasta los días finales del 2007, pero cuya estrategia de concentrarse solo en Florida no funcionó, ni logró convencer a los electores con su mensaje y, a juicio de los analistas de la política electoral, no logró dar una buena impresión personal ni manejó adecuadamente los recursos financieros disponibles. Previamente, antes de la primaria de South Carolina, se había anunciado la retirada de otro de los punteros, Fred Thompson, quien no había obtenido buenos resultados en las contiendas celebradas ni logrado una buena recaudación. El otro entre los principales contendientes, Mike Huckabee, ha dicho que se mantendrá hasta el "Gigamartes" del 5 de febrero, pero no se considera que tenga posibilidades de continuar en la campaña más allá de esa fecha.

La retirada de la contienda del demócrata John Edwards resultó sorpresivo porque días antes había declarado que permanecería en la lucha hasta la propia Convención Nacional, y el lunes 28 su Comité de Campaña anunció que estaban contratando espacios de publicidad por TV en 10 estados en los cuales habría caucuses o primarias el 5 de febrero. La decisión puede estar motivada por razones personales (su esposa tiene cáncer de mama recurrente) o de carácter financiero, a pesar de que sus asesores decían haber recaudado entre tres y cuatro millones de dólares desde el 1º. de enero.

El fin de esta etapa se produce en medio de un recrudecimiento de la declinante situación económica de Estados Unidos, que forzó a la Junta de la Reserva Federal (banca central de Estados Unidos) a reducir el 22 de enero un 0,75% la tasa de referencia bancaria, seguido de otra reducción de 0,5% el miércoles, después de la primaria de Florida. Las medidas están encaminadas a proteger las cotizaciones en las bolsas de valores, ya que desde diciembre del 2007 las acciones más cotizadas habían caído en un 15% de su valor. Los analistas económicos coinciden en que ya el país se encuentra o se aproxima a una recesión. Bush anunció que presentaría al Congreso un "paquete de estímulo económico", que luego de negociaciones con los líderes de la Cámara de Representantes quedó fijado en 145 000 millones de dólares. La Cámara lo aprobó rápidamente, y ahora debe pasar al Senado, donde ya una coalición bipartidista anunció que intentará introducirle modificaciones para incrementar la cobertura a pobres, desempleados y trabajadores de bajos ingresos y en aspectos tales como: seguro contra el desempleo, subsidios alimentarios y atención a la salud.

Esta nueva dinámica económica ha modificado la apreciación de los electores sobre la importancia de los temas electorales. En Florida, similar a lo anteriormente ocurrido en South Carolina, opinaron que la economía era lo más preocupante (45% de los republicanos y 55% de los demócratas). La guerra en Iraq, la atención a la salud, la inmigración ilegal, la seguridad social son relegados a un segundo plano. Si como afirmó el New York Times, "todas las señales apuntan a una recesión mayor y más dolorosa que la sufrida por el país en 1990 y el 2001", la situación económica será el tema que matizará la campaña electoral.

Al reducirse el número de aspirantes se han mermado las opciones políticas para los electores. Los republicanos e independientes que participen en los caucuses y primarias, tendrán que seleccionar entre un conservador tradicional como Romney o un conservador heterodoxo como McCain. Para McCain, quien es considerado el puntero republicano, el principal reto es demostrar que puede unir el voto conservador y seguir resultando atractivo para los votantes independientes. Durante las pasadas contiendas demostró en South Carolina y en New Hampshire ser capaz de atraer a independientes que se inclinan a votar por el candidato republicano, y en Florida, donde en la primaria solamente podían votar los republicanos afiliados, también probó, aunque en grado relativo, que podía ganar en una primaria solo de republicanos. Romney tiene ante sí la difícil tarea de parar el impulso político y financiero que ha alcanzado McCain con el triunfo floridano, donde fue determinante el apoyo público que le ofrecieron en los días finales el senador cubano-americano Mel Martínez y, sobre todo, el popular gobernador Charlie Crist.

En el terreno demócrata, la decisión es entre una mujer (Hillary Clinton) y un afroamericano (Barack Obama). Ambos casos son inéditos en la política de Estados Unidos. El mayor desafío para estos aspirantes está en evitar convertir la contienda en una lucha de género (hombre contra mujer) o étnica (blanca contra negro). En este aspecto desempeñan un papel importante los apoyos (o endosos, en la terminología política norteamericana) de figuras de la vida pública (políticos, artistas, intelectuales, deportistas) de uno u otro género y de uno u otro origen étnico.

Ambos aspirantes están intentando lograr el endoso de los aspirantes que ya se retiraron de la campaña (Bill Richardson, Joseph Biden, Christopher Dodd y, sobre todo, de John Edwards). Hillary consiguió días atrás el de Maxine Walters, destacada congresista afroamericana y Obama se alzó con el endoso del clan Kennedy y del legado de John F. Kennedy, al recibir el respaldo del senador Edward Kennedy y de Carolina Kennedy, hija del asesinado presidente John F. Kennedy, en un concurrido y emotivo acto público celebrado en la American University en Washington, D.C, y transmitido a toda la nación por las tres principales cadenas de televisión de Estados Unidos. El mismo día de las primarias en Florida obtuvo también el apoyo público de la gobernadora de Kansas, Katheleen Sebelius, quien fue la encargada de presentar la respuesta del Partido Demócrata al mensaje del presidente Bush al Congreso sobre el Estado de la Nación.

Ninguno de los aspirantes tiene la posibilidad matemática de lograr el 5 de febrero el número suficiente de delegados, simplemente porque la cifra no da, aun cuando ganasen todos los delegados en juego; pero al reducirse el campo de los aspirantes a dos por cada partido, se restablece la remota posibilidad de que luego del "Gigamartes", uno de ellos en cada partido se acerque a la meta. Sin embargo, teniendo en cuenta lo reñido de la lucha y de que, además de los delegados "comprometidos" asignados en las primarias y caucuses, hay otro importante número de delegados "no comprometidos" (los llamados superdelegados), que en el caso de los demócratas llegan a ser la cuarta parte del total; se espera que esta nueva etapa "clasificatoria" podría extenderse hasta bien entrada la primavera. Esperemos para analizar qué sucede el primer martes de febrero.

*El autor fue jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, D.C., de septiembre de 1937 a abril de 1989.

 

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