SANTIAGO
DE CHILE.— El destacado político e intelectual comunista chileno
Volodia Teitelboim murió este jueves a los 91 años, tras permanecer
hospitalizado de gravedad varios días por una crisis respiratoria y
un cáncer linfático.
Teitelboim, uno de los rostros más emblemáticos de la izquierda
chilena, se incorporó cuando era adolescente al Partido Comunista,
del que fue secretario general, y durante la dictadura pinochetista
(1973-1990) estuvo exiliado en Moscú.
Desde allí denunció los atropellos a los derechos humanos
cometidos en su país, desde su programa Escucha Chile,
emitido en onda corta por Radio Moscú.
Además de su vida política, fue autor de una extensa y formidable
obra ensayística y narrativa. En el 2002 obtuvo el Premio Nacional
de Literatura.
Su verdadero nombre era Valentín Teitelboim Volosky y había
nacido el 17 de marzo de 1916, en Chillán. A los 16 años inició su
militancia en la Juventudes Comunistas. Desde entonces, su actividad
política marcó un nuevo rumbo para su vida.
En 1935, publicó en colaboración con Eduardo Anguita la
Antología de poesía chilena nueva, título que señaló un punto de
controversia, ya que no incluyó a Gabriela Mistral y contribuyó a la
célebre polémica literaria entre Vicente Huidobro, Pablo de Rokha y
Pablo Neruda.
Miembro de la Generación Literaria de 1938, ejerció la crítica
literaria en diversas publicaciones. Su mirada siempre estuvo atenta
a las letras latinoamericanas y universales.
En 1952 publicó su novela Hijo del salitre, que Neruda
consideró en su prólogo "racimo asombroso de vida y de luchas
cargadas de semillas".
En 1954 fundó y dirigió en Santiago, la revista cultural Aurora,
y, posteriormente, en los setenta, durante su exilio, fundó y
dirigió Araucaria de Chile, importante órgano de resistencia crítica
de los intelectuales en la diáspora, tanto chilenos como
latinoamericanos.
Entre su producción literaria, con grandes logros en el ensayo,
los estudios biográficos y la memorialística, se distinguen El
amanecer del capitalismo y la conquista de América (1943), El
oficio ciudadano (1973), La guerra interna (1978),
Neruda (1984), La palabra y la sangre (1986), Gabriela
Mistral, pública y secreta (1991), Huidobro, la marcha
infinita (1993) y Los dos Borges (1996).
Volodia fue un amigo incondicional de la Revolución cubana. En
julio pasado, al serle impuesta en Santiago de Chile la Medalla
Haydée Santamaría, otorgada por el Consejo de Estado de la República
de Cuba, destacó la lucha del líder Fidel Castro quien "se mantiene
trabajando como de costumbre e ilumina con su ejemplo".
Y en una de sus múltiples visitas, esa vez para presentar títulos
suyos en la Feria Internacional del Libro de La Habana 2005,
declaró: "Creo que Cuba resulta increíble. Su proyecto social fue
concebido como un ansia de cambiar la vida de todos para mejor.
Fidel soñó la idea de un país que fuera de los cubanos, que no
estuviera regido por el afán de la ganancia. Eso lo soñaba mucha
gente, pero él lo soñó desde el principio". (SE)