Las tropas iraquíes preparan una
gran operación contra supuestos efectivos de la resistencia en la
norteña ciudad de Mosul y a quien el gobierno califica de
terroristas.
Según el primer ministro Nuri al Maliki, esa será "la batalla
final", lo cual supone que la ofensiva será de gran envergadura, con
el uso de grandes cantidades de hombres y medios.
"Se han dado todos los pasos necesarios para asegurar el éxito de
la campaña militar y para imponer el control de las fuerzas de
seguridad sobre la ciudad", declaró a la prensa el general Wadiq al
Hamdani, jefe de la Policía de la provincia de Nínive.
El oficial agregó que a esa ofensiva la antecedieron operaciones
contra refugios de los rebeldes en la ciudad.
La ofensiva empelará las tropas terrestres iraquíes y contará con
apoyo aéreo de las fuerzas norteamericanas, precisó el general Al
Hamdani, quien no estableció fecha para el inicio de de esa
operación.
El pretexto esgrimido por el primer ministro Al Maliki para
lanzar esa ofensiva contra Mosul fue un atentado con explosivos
contra un complejo residencial de esa ciudad que causó 60 muertos y
cerca de 225 heridos.
Según trascendidos, las tropas tomarán posición en Mosul y Tel
Afar, y se reforzará la vigilancia en los puestos de control
fronterizo con Siria, en especial el cruce de Rabiya.
En la actualidad el Ejército iraquí concentra personal y medios
para la operación que se anuncia.
No obstante, críticos de la gestión de Al Maliki no descartan que
esa campaña militar esté dirigida a aportar credibilidad a las
autoridad respecto a su capacidad de controlar al país.